Frente a las instalaciones del Policlínico de Atalaya se oyeron gritos y se vieron los gestos de desesperación, en medio de lágrimas, de los familiares y amigos de Eddier Vacca Lezcano, cuando se enteraron de que él no sobrevivió al ataque de siete balazos, que le hicieron en la cancha del barrio La Laguna.
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Una mujer que solía acompañarlo y que lo conocía desde hacía mucho tiempo, inicialmente llegó al lugar del hecho y luego de constatar que su amigo estaba grave en el centro médico, no dudó en correr al Policlínico, donde finalmente se enteró de la muerte de Vacca.
Miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) tuvieron que adelantar las pesquisas en la escena del ataque y el levantamiento del cadáver en el centro asistencial.
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Un entrenamiento en riesgo
Un grupo de al menos 60 niños que entrenaban fútbol, la noche del viernes, en la cancha del barrio La Laguna, en la ciudadela Juan Atalaya, fue testigo del crimen de Vacca Lezcano, quien, al parecer, estaba sentado detrás de uno de los arcos, junto con una mujer, consumiendo drogas, cuando fue atacado a bala.
“Estaban dos categorías entrenando y justo en el momento en que dispararon, los muchachos estaban tomando agua alrededor del arco, eso fue muy angustiante”, explicó uno de los profesores.
Los deportistas y los demás asistentes en el escenario deportivo tuvieron que correr para resguardarse y evitar más riesgos, mientras que el pistolero que acabó con la vida de Eddier, huyó del lugar.
Rápidamente unidades de la Policía Metropolitana de Cúcuta arribaron al lugar del ataque, que también colinda con un colegio, para iniciar las primeras pesquisas del crimen.
Los habitantes del sector aseguraron que este lugar es frecuentado por consumidores de drogas, por lo que, en cualquier momento se podía registrar un hecho violento.
Los más buscados
En octubre de 2019, la Policía Metropolitana (Mecuc) capturó a Eddier Vacca, quien además, figuraba en el cartel de los presuntos delincuentes más buscados de la ciudad por homicidio y hurto.
En ese momento, las autoridades no habían terminado de dar a conocer el cartel, cuando ya estaban recibiendo información de Vacca Lezcano. Una persona que se comunicó con el coronel José Luis Palomino, entonces comandante de la Mecuc, le indicó dónde podían encontrarlo, por eso el oficial envió a sus hombres a capturarlo.
Vacca tenía anotaciones por porte de armas de fuego, hurto calificado y agravado y violencia intrafamiliar.
En dicho cartel figuraron los once delincuentes más peligrosos del área metropolitana de Cúcuta, seleccionados de una lista de más de 120.
En ese momento, el coronel Palomino ofreció una recompensa de hasta $10 millones para quien suministrara información que permitiera capturar a las personas que aparecían en el afiche.
Otra muerte
El pasado 25 de octubre, en la ciudadela Juan Atalaya se presentó otro homicidio. La víctima fue Juan Orlando Cáceres Ramírez, quien fue baleado en el sector Natilán.
Las autoridades conocieron que la víctima estaba en compañía de una mujer, cuando un pistolero, que se movilizaba en una motocicleta, se le acercó y le disparó en varias oportunidades, dejándolo gravemente herido. Horas después murió en un centro médico.
El homicida vestía una pantaloneta de color blanco, un buzo azul y sandalias blancas. Aunque algunas personas se percataron del hecho, nadie se atrevió a detenerlo después de impactar a Cáceres.
Según se conoció, Cáceres, de 36 años, era pensionado del Ejército. Sin embargo, extraoficialmente se estableció que la víctima tenía anotaciones por los delitos de fabricación, tráfico o porte de estupefacientes, en 2011; lesiones personales, constreñimiento ilegal y violencia contra servidor público, este año.
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