Con sorpresa e incertidumbre se levantaron varios vecinos de la calle 29A con avenida 4E del barrio La Cordialidad en Los Patios, al escuchar en una bodega un grito desaforado: “auxilio, ayuda, no me quieren dejar salir, estoy secuestrado”.
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De inmediato, ayer a las 7:30 de la mañana, una cantidad considerable de vecinos salieron de sus casas y comenzaron a observar aquel garaje, de portón verde, en el que muchos creían que no vivía nadie.
Y fue hasta que golpearon el portón, desde adentro, que varias personas alertaron a la Policía de que en su calle, al parecer, había una persona secuestrada.
“Nosotros estábamos ahí en la casa, pero cuando se formó el escándalo y gritaron que estaba alguien secuestrado, ya uno de los vecinos le gritó ‘¿Qué pasa ahí? Salgan’. Entonces el secuestrador abrió la puerta y al ver que había tantas personas observándolo salió a correr”, dijo un habitante.
El secuestrador, quien según el testimonio de vecinos tenía un overol azul oscuro, salió a correr y pasó entre las aterradas personas que por temor, prefirieron dejarlo seguir su camino por la calle 30.
“Nadie se le metió porque uno no sabe si tenía un arma o no, y como la Policía no había llegado, nadie se arriesgó a ganarse un disparo por valiente. Igual por este sector hay cámaras, eso no demoran en identificarlo”, explicó el vecino.
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Segundos más tarde de que saliera el secuestrador, desde la entrada de una puerta de esa bodega se asomó la víctima, quien estaba con las manos y los pies atados con una cuerda, además solo contaba con un bóxer, pues al parecer, había sido despojado del resto de sus pertenencias.
“A los minutos llegó la Policía y mientras unos fueron a verificar las cámaras en busca del secuestrador, otros interrogaron a la víctima sobre el suceso. Sin embargo, lo que alcanzamos a escuchar del propio secuestrado, es que se trataba de un comerciante que tenía cinco días de estar en ese garaje y que vivía en el barrio San Martín en Cúcuta”, señaló el vecino.
Después del suceso, algunos residentes coincidieron que en días anteriores habían escuchado quejidos muy bajos, como el que haría una persona amordazada. “En días pasados si había escuchado que él (víctima) se quejaba pero no podía hablar, sonaba muy bajo y pues nadie le dio mucha importancia, realmente pensábamos que era algún animal”, concluyó el habitante.
Horas más tarde, varias unidades del Gaula de la Policía arribaron al lugar y se llevaron a la víctima a una instalación policial para terminar de conocer las circunstancias del hecho.
Una fuente judicial sostuvo que aunque todavía están verificando el presunto secuestro, por ahora se trataría de una retención por una situación personal de la víctima.
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