Rastrear y atacar el eje del narcotráfico de los grupos armados ilegales que delinquen en Norte de Santander, no es una tarea fácil para las autoridades. La cadena productiva de la droga cada vez se hace más oculta, bajo la protección de la disidencia del Frente 33 de las Farc o el Ejército de Liberación Nacional (Eln).
Si quieres tener acceso ilimitado a toda la información de La Opinión, apóyanos haciendo clic aquí: http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion
Sin embargo, miembros del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), de la Fiscalía, en conjunto con unidades del Ejército y Fuerza Aérea Colombiana, llegaron hasta la vereda La Colombiana, zona rural de Tibú, donde desmantelaron un complejo de cocaína, en el que había 2.9 toneladas del alcaloide y al menos 530 kilos de pasta base de coca.
Los uniformados se incautaron también de 700 kilos de insumos sólidos y 3.303 galones de insumos líquidos, así como elementos necesarios para la producción, como marcianos, motobombas, hornos, grameras, lavadoras, entre otros.
El Ejército y el CTI de la Fiscalía destruyeron el laboratorio en zona rural de Tibú.
Según las autoridades, esta estructura artesanal, valorada en más de 16.000 millones de pesos, era custodiada por la disidencia del Frente 33 de las Farc, bajo el mando de ‘Jhon Mechas’ y al servicio de carteles de droga mexicanos.
Esto no es una novedad en el Catatumbo, pues los carteles mexicanos han dominado el mercado de la cocaína que se produce en esta zona de la región, con la complicidad de los grupos armados ilegales que confluyen en el departamento.
Por esta razón, cada vez que los uniformados golpean estas estructuras afectan directamente las finanzas de los grupos alzados en armas, evitando que culminen millonarias ventas de cocaína.
Uno del Eln
A principios de este año, en la zona rural de Teorama, las autoridades también hallaron un laboratorio dividido en cinco estructuras, donde integrantes del frente Héroes del Catatumbo, del Ejército de Liberación Nacional (Eln), tenían 1.548 kilos de cocaína.
Los guerrilleros que custodiaban y que adelantaban las labores en el laboratorio, según una fuente militar, estaban bien capacitados y tenían muchas herramientas que facilitaban la ejecución del proceso.
“Contaban con plantas eléctricas, decantadora, lavadora, 10 hornos microondas, mesas de secado, tanques con capacidad de 1.000 litros, báscula industrial, grameras digitales, prensa industrial y hasta marquillas de billetes de 100 dólares”, explicó la fuente.
El laboratorio estaba valorado en más de 7.000 millones de pesos, por lo que también representó un golpe a las finanzas del Eln.
El balance del año pasado
En el 2021, el Ejército se incautó de más de 29 toneladas de clorhidrato de cocaína; 34 toneladas de pasta base de coca; 242 kilos de marihuana; y más de 5 millones de matas de hoja de coca en semilleros.
Asimismo, 56 laboratorios de clorhidrato de cocaína fueron desmantelados, mientras que de pasta base de coca la cifra ascendió a 458.
Las unidades militares erradicaron más de 3.600 hectáreas de matas de coca.
