Una llamada, a las 10:30 de la mañana de ayer, alertó a la Policía sobre un posible artefacto explosivo dejado en una bolsa plástica a la entrada del intercambiador de Atalaya. Fueron dos horas de pánico e incertidumbre en toda la ciudad.

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En pocos minutos, patrullas policiales y uniformados arribaron al lugar y de inmediato cerraron la vía, mientras esperaban a un perro antiexplosivos de la unidad del grupo de Carabineros, para hacer una revisión temprana según el protocolo de seguridad y confirmar una posible carga explosiva, dejada por un motociclista.

Minutos más tarde, el perro (en dos oportunidades) confirmó que había elementos peligrosos en esa bolsa abandonada, por lo que de inmediato, avisaron a las unidades Antiexplosivos para continuar con el protocolo.

A medida que el tiempo transcurría, los habitantes del sector que pasaban por el lugar, con sonrisas nerviosas, comentaban expectantes el hecho, esperando que solo fuera una falsa alarma, pero recordando que durante estos últimos meses varios atentados y explosivos se han presentado en diferentes lugares del área metropolitana.

Unidades del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, unidades de la Sijín y de inteligencia de la Policía, acudieron al llamado de emergencia mientras el protocolo de seguridad seguía su curso.

Esta zona de la comuna 8, según líderes comunales, es muy propensa a los delitos de hurto y consumo de estupefacientes, por lo que existía en la población una gran zozobra sobre el contenido de la bolsa.

Explosión controlada

Un robot militar sacudió la bolsa para activar cualquier sensor de movimiento que pudiera tener el explosivo, pero no pasó nada, dando a pensar que realmente podría ser una falsa alarma.

Luego de una explosión controlada a la 1:35 de la tarde, la bolsa voló dejando a su paso toda la basura que contenía en su interior una maleta. Algunas alarmas de vehículos se activaron debido al estruendo. Un equipo de inteligencia de la Policía que revisó el sitio confirmó que no había nada de qué preocuparse.

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Sin embargo, las autoridades están revisando las cámaras cercanas al lugar, para identificar al responsable, y revisar sus antecedentes.

Al cierre de esta edición, el general Óscar Moreno, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), no había dado ninguna declaración sobre el hecho.

Creciente oleada de atentados

Luego del atentado en las instalaciones de la Brigada 30 del Ejército, el 15 de junio, en la ciudad se han registrado más de 7 hechos de esta índole.

Solo en la madrugada del 20 de octubre, las autoridades encontraron cuatro artefactos explosivos, de los cuales fueron activados tres por los grupos armados ilegales que delinquen a lo largo del área metropolitana.

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Los objetivos fueron dos cámaras de fotomultas, una en la Autopista Internacional, cerca del Templo Histórico, y la otra fue por la vía principal del barrio El Salado.

A los atentados, se sumó otro cerca del intercambiador de la ciudadela Juan  Atalaya, contra un depósito de maderas.

Y otro artefacto explosivo lo dejaron dentro de un recipiente recolector de basuras en el barrio Quinta Oriental, por la avenida 11E (avenida Guaimaral) entre calles 0AN y 1N, al frente de un autolavado.

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