La única esperanza que tienen los investigadores judiciales que avanzan en las pesquisas del homicidio del vigilante Luis Andelfo Ureña Medina, la noche del lunes, son los videos de las seis cámaras de seguridad en los que quedó registrado el crimen.

Con las imágenes, los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) tratan de establecer la identidad de los cuatro agresores que llegaron a la estación de servicio ubicada en el Anillo Vial Occidental, sobre la vereda San Isidro, de San Cayetano, para cometer un atraco, que terminó con el mortal saldo.

El hecho ocurrió a las 8:45 de la noche, cuando los delincuentes llegaron al lugar en dos motocicletas. Tres inicialmente entraron al baño y al salir, intimidaron a uno de los empleados que se encarga de tanquear de combustible a los clientes y al vigilante, que tenía su arma de dotación.

Según se conoció, Ureña Medina intentó reaccionar con el revólver calibre 38 marca Smith & Weeson que tenía en su cintura y en ese momento uno de los asaltantes le disparó, impactándolo en el pecho, por lo que quedó gravemente herido en el lugar.

Los agresores le robaron el arma de dotación al vigilante, que quedó tendido en el suelo, agonizando, mientras que intimidaban al empleado encargado de los surtidores, para robarle el producido del día.

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Los atracadores obligaron al trabajador a entrar en una de las oficinas, donde intentaron violentar algunas cajas para abrirlas, pero no pudieron, por lo que solo le robaron 1 millón de pesos, producto de la venta de gasolina.

Los autores del hecho huyeron con el botín en su poder con rumbo desconocido, por lo que minutos después, los testigos y empleados del lugar alertaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta, que finalmente trasladó al Policlínico de Atalaya a Luis Ureña, desde donde fue remitido al Hospital Universitario Erasmo Meoz, pero minutos después murió.

Los amigos y compañeros de trabajo del vigilante lo recordaron como un hombre trabajador, alegre y que no se metía con nadie. Ureña dejó cuatro hijos.

El lunes, Luis Andelfo recibió su turno de trabajo a las 5:00 de la tarde, que iría hasta las 5:00 de la mañana del martes. Sin embargo, los violentos interrumpieron su jornada laboral a disparos.

El vigilante vivía con su familia en el barrio Palmeras, de la ciudadela Juan Atalaya.

Piden presencia policial

La oscuridad y la soledad del Anillo Vial Occidental complementan la complicidad apetecida por los atracadores, que hacen de las suyas sin darles tiempo a las autoridades de reaccionar.

Los trabajadores de la estación de servicio donde ocurrió el atraco y el homicidio del vigilante, reconocieron que, aunque la Policía trata de tener presencia en el sector, es evidente que es necesario reforzar los patrullajes de registro y control para que los violentos tengan mayor presión de las autoridades.

Aunque aseguran que es la primera vez que les ocurre un hecho como estos, el temor de seguir en la lupa de los delincuentes se mantiene latente.

¿Sabían del hecho y no hicieron nada?

Fuentes extraoficiales aseguraron que la Sijín conoció por medio de una interceptación telefónica sobre el hurto que se pretendía cometer, pero no plantearon alguna estrategia para evitarlo.