Las muertes de Tina Paola Gutiérrez y su hijo Pablo Andrés Navarro, de 11 años, no quedaron impunes, cumpliéndose los deseos de justicia por parte de sus familiares, quienes la exigían desde diciembre de 2014 cuando se cometió el doble crimen en el barrio La Esperanza (Ocaña). Por este caso, Ricardo Andrés Torres Botello fue sentenciado a 54 años de cárcel.

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Así lo confirmó Jesús Ardila, director seccional de la Fiscalía en Norte de Santander, quien insistió en que su despacho logró que un juez condenara a Torres por el doble homicidio, por hurto calificado y agravado y tentativa de homicidio, tras herir a otro menor de edad en el mismo hecho.

“El victimario llegó utilizando un arma cortopunzante y atacó a la señora, de 40 años, a su hijo de 11 y le causó heridas a otro menor, de 9. El hombre cometió los asesinatos motivado por la venganza en contra de la hermana y tía de las víctimas, debido a que esta había terminado la relación sentimental con él y ante la no aceptación a regresar decidió causarle daño atacando a sus familiares”, dijo Ardila.

Investigadores del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía y de la Policía, a través de entrevistas, inspección al lugar de los hechos y con reconocimientos fotográficos lograron identificar a Torres Botello como autor material del ataque, así como la persona que habría hurtado una tablet y dinero en efectivo de la vivienda, aprovechando que las víctimas estaban durmiendo.

A buscarlo

Aunque horas después del hecho las autoridades capturaron a Ricardo Torres, quien era instructor de tenis en Ocaña y en ese momento un juez lo envió a prisión, tres años después recobró la libertad bajo la figura de vencimiento de términos.

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Por esto, una vez conocida la sentencia condenatoria, las autoridades están tras la búsqueda de Torres Botello para que cumpla la condena en la cárcel.

De manera extraoficial se conoció que Ricardo Andrés continuó ejerciendo su profesión como instructor de tenis en Cúcuta y Villa del Rosario.

El crimen

En el momento del doble asesinato de mamá e hijo, Gustavo Gutiérrez, papá de Tina Paola, aseguró que Ricardo Torres había prometido vengarse tras la negación de otra de sus hijas para volver a mantener la relación sentimental que tenían.

“Él sostuvo una relación muy breve con una de mis hijas, hermana de Tina. Sin embargo, cuando la relación terminó, él se obsesionó con ella y juró que se vengaría ante la negativa de mi hija de permanecer con él”, contó Gutiérrez.

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Agregó: “Mi hija Tina era la única que aún hablaba con él y le aconsejaba para que olvidara a su hermana y se diera una oportunidad con otra persona. No sé por qué terminó cometiendo este crimen tan abominable”, agregó el angustiado padre en ese entonces.

El coronel Jhon Aroca, entonces comandante de la Policía de Norte de Santander, sostuvo que en la madrugada del hecho, el hombre atacó a cuchillo a Tina en la sala de la vivienda, donde conversaban, y luego se dirigió al segundo piso en busca de la habitación donde descansaban los dos hijos menores de la víctima.

“Una vez mató a la señora Tina, de 40 años, fue y apuñaló a su hijo de 11, en el pecho, causándole la muerte de forma inmediata. El otro niño, de 9, recibió una puñalada en la espalda que, sin embargo, no fue mortal y le permitió correr a avisarle a los vecinos de su casa lo que había ocurrido”, indicó el oficial en ese momento.

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