Una repentina alza en los servicios públicos de electricidad y agua potable, constituiría un nuevo revés para la competitividad de la industria venezolana y en especial para los empresarios del Eje Fronterizo San Antonio-Ureña, que esperan por la reapertura comercial para dar un nuevo impulso a sus paralizadas maquinarias.
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El economista Aldo Contreras llamó la atención sobre el repentino y elevado incremento del costo de estos servicios que viene registrando un aumento, evidenciado en los recibos de cobro manejados por comercios, industrias e incluso edificaciones multifamiliares en San Cristóbal y otras poblaciones del Táchira.
“Algunos venían pagando entre 2 millones o 3 millones de bolívares mensuales (en moneda actual 2 o 3 bolívares digitales) lo que hacían unos $2.000 o $3.000 pesos mensuales por el servicio de agua y por el servicio de energía eléctrica”, explicó.
Contreras agregó que se observan aumentos de hasta diez veces el monto anterior, por lo que en el caso de la energía eléctrica se están pagando en promedio entre $30.000 y $40.000 mensuales y por el agua entre $20.000 y $30.000 mensuales.
Para el economista, lo que de algún modo representaba una ventaja competitiva respecto a Norte de Santander, hoy por hoy no lo es.
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“Primero por la calidad de los servicios, segundo por la continuidad de los servicios que presentan fallas constantes y prolongadas y tercero por el costo actual de los espacios que están pagando a las empresas para desarrollar sus actividades productivas”, sin contar las ventajas de un mercado con mucho mayor poder adquisitivo en Colombia en comparación con el venezolano.
Sin embargo, para Alexander García, quien hace dos años mudó su fábrica a Cúcuta por el cierre de fronteras, sigue siendo rentable producir en el eje fronterizo San Antonio-Ureña, por lo que espera el restablecimiento de las relaciones comerciales entre ambos países por los puentes que unen a Táchira con Norte de Santander para poner a operar el galpón que tiene en San Antonio.
“Mientras en otros países el empresario debe ser sumamente precavido en balancear sus niveles de producción con el consumo de electricidad y otros gastos, para poder obtener ganancias, en Venezuela sigue siendo sumamente barato”, estimó.
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Eliécer Useche, coordinador del Consejo Intersectorial para el Desarrollo del Estado (Conidex) Táchira, explicó que la competitividad empresarial está directamente ligada a las políticas públicas, y una acción como la de subir el costo de los servicios públicos redunda en la cadena de costos, les hace menos competitivos, tanto en el mercado interno como en el mercado internacional.
Por otra parte, dijo que en el marco de la reapertura fronteriza, uno de los principales atractivos para una eventual inversión de empresarios colombianos interesados en producir en Táchira, era precisamente el bajo costos de los servicios de electricidad y agua potable, por lo que un incremento considerable en estos renglones podría constituir un serio revés para el impulso de desarrollo económico que se pretende dar desde el Estado a la zona de frontera.
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