En estos tiempos de contingencias en salud y de angustia por los seres queridos, compañeros y amigos, los payasos siguen siendo un oasis de sonrisas, aún en medio de la pandemia por la COVID-19.
En San Cristóbal (Venezuela) esta labor la desempeñan los voluntarios de Doctor Yaso, una Fundación sin fines de lucro impulsada desde la Universidad Católica del Táchira (UCAT), que el pasado mes de abril celebró su aniversario número 13 cumpliendo la misión de ser “payasos humanitarios”.
Si bien es cierto que durante cerca de 8 meses las restricciones impuestas para prevenir la propagación del nuevo coronavirus les obligaron a replegarse, han vuelto con fuerzas renovadas para regalar sonrisas y diversión a los más pequeños y vulnerables.
Durante el 2020 el voluntariado se sumó a la campaña social #QuédateEnCasa, suspendiendo actividades presenciales lo que originó otras maneras de gestionar el programa mediante medios digitales, como visitas a pacientes, jornadas de formación y reuniones con los voluntarios.
“En la actualidad nos hemos sumado a otras iniciativas para apoyar a comunidades e instituciones afectadas por esta enfermedad, por ello celebramos el trabajo que realiza el personal de salud en los distintos centros asistenciales ante la lucha de este coronavirus”, dijo Pedro Luis Duque, coordinador de arte y cultura de la UCAT, y cofundador de Doctor Yaso, sede San Cristóbal.
Volver al origen
En el 2005, un grupo de personas vinculadas a las artes escénicas, el circo y el teatro vieron la oportunidad de atender a personas en situación de vulnerabilidad, producto de las graves inundaciones y la tragedia del estado Vargas. Comenzaron ofreciendo funciones de circo gratuitas para aliviar el dolor emocional de aquellas familias que lo habían perdido todo.
El poderoso efecto sanador de esas funciones les llevó a comprender que tocar esa fibra sensible que se estimula en el ser humano a través del arte proporcionaba experiencias positivas y comenzaron a pensar en llevar su labor a contextos hospitalarios, eso les llevó a formarse para aprender a manejar situaciones propias de los centros de salud y a conformarse formalmente como payasos de hospital y posteriormente cobijarse bajo el nombre de Doctor Yaso.
Actualmente cuentan con 24 sedes activas y miles de voluntarios en toda Venezuela y también tienen representación a nivel internacional.
Fuera de las paredes hospitalarias, estos payasos humanitarios desarrollaron actividades en comunidades de San Cristóbal, espacios públicos, poblaciones fronterizas e incluso en algunas oportunidades cruzaron fronteras para extender su labor hasta diversas comunidades en el departamento de Norte de Santander (Colombia).