En 2002 y en 2006, Álvaro Uribe Vélez ganó la Presidencia de la República con un discurso claro y contundente enfocado en enfrentar militarmente a las Farc, para recuperar la tranquilidad del país. En 2010 y luego en 2014, la bandera con la que Juan Manuel Santos llegó a la Casa de Nariño fue la paz y hace cuatro años, en 2018, Iván Duque se alzó en segunda vuelta contra Gustavo Petro, sobre la base de una advertencia: el riesgo que significaba la llegada al poder del castrochavismo.
En esta nueva elección presidencial que ya empieza a entrar en su etapa decisiva, hay un tema que se ha comenzado abrir espacio, no solo en el discurso de los candidatos, sino que también fue clave en la selección de las fórmulas vicepresidenciales, al menos la de los favoritos: las regiones.
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El aspirante del Equipo por Colombia, Federico Gutiérrez, por ejemplo, sorprendió con la escogencia del exalcalde de Neiva, Rodrigo Lara Sánchez, como su coequipero en esta carrera por el primer cargo del país. Al momento de presentarlo, Gutiérrez, que también es de región, aseguró que ellos serán la voz de las regiones.
“Voy a ser el vicepresidente de las regiones, voy a ser articulador entre los alcaldes, gobernadores y la ciudadanía en general en las regiones”, manifestó Lara Sánchez, tras plantear que es el momento que desde el gobierno nacional se le dé atención a las regiones para que los dineros de las regalías lleguen de manera equitativa a todos los colombianos.
Por el lado del Pacto Histórico, Gustavo Petro se inclinó por la líder afro Francia Márquez, oriunda del Cauca, quien dijo que entre sus funciones como vicepresidenta estará no solo trabajar por las comunidades más abandonadas, sino que será la articuladora del gobierno con las regiones.
El aspirante de la Coalición Centro Esperanza, Sergio Fajardo, al presentar al exministro de Ambiente Luis Gilberto Murillo como su fórmula, indicó que la tarea de su vicepresidente estará centrada en los temas de medio ambiente y en estar dialogando con las regiones.
Como ellos tres, los otros candidatos han empezado a coincidir en que las regiones serán un asunto central para el próximo gobierno, como quiera que cada vez se hace más urgente la necesidad de una descentralización, propósito que tuvieron los constituyentes de 1991 cuando incorporaron en la Constitución Política la necesidad de que el desarrollo del país venga desde las regiones y no desde un escritorio en Bogotá.
Rodolfo Hernández, candidato independiente, asegura que las regiones son fundamentales para el desarrollo del país, pero considera que esto no ha sido posible todavía, porque esta es una de las formas en que los corruptos se apoderan del dinero de los colombianos más necesitados.
¿Qué tan real es el discurso?
Para el analista político John Mario González, aún falta mucho para ver que en esta ocasión sí sea una realidad que los presidenciables tengan como propósito apostarle de lleno al desarrollo de las regiones.
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“Si bien es cierto que en la presente campaña electoral el tema de regiones ha aflorado con mayor vigor que en los procesos electorales del último cuarto de siglo, también es cierto que el discurso aparece falto de contenido, vacío y como simple gancho electoral”, sostuvo González.
Consideró, además, que es suficiente con preguntarse dónde están las propuestas de los candidatos presidenciales y vicepresidenciales para reordenar las rentas departamentales, para mejorar las finanzas de las regiones, fortalecerlas y potenciar las ciudades intermedias como polos de desarrollo.
“¿Dónde están las propuestas para desarrollar los departamentos y el intercambio comercial de los departamentos de frontera como Nariño, Putumayo, Antioquia, Chocó o Norte de Santander con los países vecinos? ¿Dónde están las propuestas para que los recursos de regalías apuntalen proyectos de desarrollo interregional y no meros escenarios deportivos o elefantes blancos por donde se pierde buena parte de los recursos de los colombianos?”, cuestionó.
Con su planteamiento coincidió el analista Luis Estrada, quien opina que si bien ya arrancó la campaña y se están presentando las propuestas de parte de los candidatos, lo que viene ahora es ver sus programas y analizar si realmente tienen una apuesta por las regiones. “Por ahora se podría pensar que es otra de las banderas de campaña y que podría quedar colgada en el desarrollo del gobierno”, dijo.
Estrada recordó que en el gobierno que está terminando, este asunto intentó desarrollarse de la mano de los alcaldes y gobernadores, con quienes tuvo una relación permanente, pero no se logró un gran cambio, además que tampoco fue posible que sacara adelante las reformas que en ese sentido se tramitaron en el Congreso de la República.
Para el profesor John Mario González, el tema regional definitivamente se metió en la presente campaña presidencial, pero hasta el momento no ha pasado de lugares comunes. Incluso, asegura que en una primera revisión del programa de gobierno que presentó Gustavo Petro hay serios riesgos de lo que podría pasar con las regiones en un eventual gobierno suyo.
“Infortunadamente o, en algunos casos, incluso se ve destrucción de riqueza y empleos en los departamentos como es el programa de gobierno de Gustavo Petro, que propone impedir la minería a cielo abierto, lo que significaría la ruina para departamentos como La Guajira, Córdoba, además de Casanare, Meta y muchos otros”, sostiene.
Fernando Sanín, también analista, señala que el desarrollo de las regiones no solo depende de un discurso de campaña, sino de un compromiso político del gobierno y del Estado, que debe garantizar que llegue a las regiones el presupuesto necesario para la salud, la educación, romper la brecha de la pobreza y la iniquidad.
“Quienes han expresado esa bandera de campaña deben aterrizar lo que quieren hacer por las regiones para saber a qué se comprometen”, dice.
Aunque falta mucha más claridad en las propuestas, los ocho aspirantes a la Presidencia de Colombia tienen esta vez una oportunidad de oro para que se cumpla lo dispuesto desde 1991 con la Constitución, la descentralización, y así lograr llenar esos vacíos que siguen existiendo en regiones como Norte de Santander.
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