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Sábado, 18 de Junio de 2011
Las medidas incluyen la realización de un simposio sobre abuso sexual en conjunto con la  universidad jesuita de Roma y la inauguración de un  centro de aprendizaje en internet. El Vaticano dijo ayer que ha  emprendido diversas acciones con el fin de informar  a sus obispos en el mundo sobre el mejor proceder  para combatir las agresiones sexuales por parte de  miembros del clero.

Las medidas incluyen la realización de un simposio sobre abuso sexual en conjunto con la  universidad jesuita de Roma y la inauguración de un  centro de aprendizaje en internet.

En el simposio, previsto para febrero del  2012, participarán durante tres días en la Universidad  Gregoriana Pontificia expertos en psiquiatría,  derecho canónico y programas de protección infantil.  

También asistirán 200 obispos y superiores de  órdenes religiosas.

Parte del objeto de la reunión es ayudar a los  obispos a que elaboren un borrador sobre  orientaciones para combatir los abusos, que deberán  enviar el año entrante a Roma.

La Universidad Gregoriana también lanzará  un centro políglota de aprendizaje en internet para  proporcionar a los líderes eclesiásticos la información  más reciente en las investigaciones sobre cómo  prevenir los abusos, entrenar adecuadamente a los  sacerdotes, proteger a los niños y ayudar a las  víctimas a recuperarse. Donadores privados  mantendrán la base de datos durante los primeros  tres años, dijeron las autoridades.

El fiscal del Vaticano para delitos sexuales,  monseñor Charles Scicluna, dijo ayer a la prensa que  el simposio y la base de datos en línea contribuirán a  “dar una respuesta creíble, transparente y  explicable” ante el escándalo de agresiones sexuales  por parte de miembros del clero.

Scicluna reconoció  que entre los obispos  “hay de todo tipo”, y el vocero de la Santa Sede  admitió que algunas conferencias episcopales no  están interesadas en verse obligadas a redactar  directrices.

Es la iniciativa más reciente del Vaticano  para reparar el daño causado por las recientes  revelaciones de que miles de personas de todo el  mundo denunciaron haber sido violadas y agredidas  sexualmente por sacerdotes cuando eran niños.  Durante décadas, los obispos encubrieron los delitos  y la Santa Sede se hizo de la vista gorda ante las  denuncias, un escándalo que ha llegado a ser una de  las mayores crisis que ha encarado la Iglesia católica  en muchas décadas.

El papa Benedicto XVI dijo que la Iglesia  debe emprender un sendero “de curación,  renovación y reparación” para salir de la crisis y  restaurar la confianza de los fieles. El Vaticano dio  recientemente a los obispos numerosas  recomendaciones que deben considerar a la hora de  redactar sus directrices contra los abusos sexuales.

Empero, muchas de las víctimas creen que  no cambiará mucho la situación ya que los obispos  han sido los culpados por gran parte del escándalo,  pues fueron ellos los que encubrieron los delitos y trasladaron a los transgresores de parroquia en parroquia, donde volvían a cometer abusos, en lugar de denunciarlos a la policía.

Ningún obispo ha sido castigado por no poner fin a los abusos de un sacerdote.
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