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El fenómeno del niño
~¿“En qué consiste el fenómeno de El Niño?” es la pregunta que en los últimos tiempos se hace todo el mundo.~
Miércoles, 11 de Marzo de 2015
~¿“En qué consiste el fenómeno de El Niño?” es la pregunta que en los últimos tiempos se hace todo el mundo.~ ¿“En qué consiste el fenómeno de El Niño?” es la pregunta que en los últimos tiempos se hace todo el mundo.

Digo que en los últimos tiempos porque las denominaciones de El Niño y de La Niña son relativamente nuevos. Los viejos hablaban, simple y llanamente, de las temporadas de invierno y de verano.

El almanaque de La Cabaña fue durante mucho tiempo la biblia de los campesinos en materia del tiempo y del clima. En la pared del corredor principal de la casa, junto a la puerta de entrada al aposento, se veía siempre, clavado con puntillas, el almanaque de la Cabaña que, mes a mes, se iba amarillando de tierra o ennegreciendo de humo.

Los nombres de los hijos de la familia que iban naciendo eran tomados de aquella lista de santos que el almanaque muestra durante todo el año.

Las fases de la luna (cuarto menguante, cuarto creciente, luna nueva y luna llena) son señaladas con dibujo y con negrilla. A esto se le añade si habrá lluvias o vientos fuertes, o si la marea será alta o baja, o si habrá tempestades o sequías. Los eclipses de sol y de luna también son señalados con meridiana claridad, y el lugar de Colombia en donde serán más visibles estos fenómenos.

Hoy, La Cabaña no tiene la misma acogida de antes.  El almanaque Brístol también da una amplia información sobre los cambios de clima y los días mejores para la pesca y la cosecha. Algunos campesinos lo consultan, pero, de igual manera, la pregunta sobre el fenómeno del Niño  tiene allí  respuesta.

Acudí, entonces, a un amigo que se las da de meteorólogo: “Es un cambio –me dijo- en la temperatura de las corrientes marinas, lo que hace que se produzcan fuertes lluvias. Tiene que ver con las corrientes de Humboldt y las aguas frías que vienen del polo norte”.

No entendí ni pío. Me fui –intenso en mi búsqueda- a una enciclopedia moderna, que adquirí por el sistema de plazos: “Lea ahora y pague después”. Allí encontré alguna explicación relacionada con el nombre. Se llama “de El Niño”,  porque es en época de navidad, cuando nace el Niño Jesús, en que aparece este fenómeno. Lo descubrieron unos pescadores chilenos. Tampoco quedé satisfecho con la respuesta.

Busqué, siguiendo el consejo de mis hijos, en Wikipedia, que todo lo sabe, según dicen: “Es un fenómeno meteorológico, que consiste en un cambio en los patrones del movimiento de las corrientes marinas”. Quedé en ayunas.

Le pregunté, finamente a mi mujer, que siempre tiene la respuesta acertada para cada pregunta, o por lo menos, trata de aproximarse a las cosas. “No me trasnocho pensando en semejantes bobadas –me contestó-. De los niños lo único que sé es que hay que cambiarles pañales y darles tetero” .

En ese momento metió la cucharada la señora que nos ayuda con el aseo de la casa. Una vez al mes dona Fermina viene a la casa a limpiar telarañas, matar cucarachas y correr tutecas. Ella escuchó mi pregunta y se interesó en el tema:

-Yo sí sé en qué consiste el fenómeno del niño –me dijo, sin que nadie se lo preguntara.

-¡Qué bueno! –le dije-. ¿En qué consiste?

Me miró con un destello de sabiduría en sus ojos marchitos y me contestó: “El niño es un hijo de la vecina, que nació con tres güevitas. Es todo un fenómeno”.
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