Los vecinos del la Loma de Bolívar están cansados y preocupados por la constante presencia de expendedores y consumidores de estupefacientes en la cancha del barrio.

“Acá todo el día tenemos ese mal olor de la marihuana”, dijo una de las vecinas, que lleva viviendo 13 años en el sector.

Mientras conversaba con un niño, de 8 años, la mirada del menor se tornó preocupada y, además, denunció que debido a la presencia de éstas personas en el lugar, no puede ir a disfrutar del escenario para jugar fútbol con sus amiguitos del barrio.

“Yo los conozco a todos. Ellos llegan ahí todo el día, y tan solo con el olor ya sabemos que no podemos llegar a jugar y, nos toca regresarnos para la casa”, dijo el menor.

“Siempre vemos a esa gente vendiendo y consumiendo droga ahí en las gradas de la cancha”, aseguró.

Además, los vecinos aseguraron que estos jóvenes y adultos que constatemente se ven en la cancha, atracan a los administradores de los establecimientos comerciales del sector, sin que la Policía logre controlar la situación.

“Uno llama la Policía y siempre llegan tarde, cuando ya ha pasado todo y no pueden hacer nada”, dijo.

El capitán Wilmer Roa Correa, comandante del cuadrante de Belén, aseguró que la institución hará mayor presencia en el lugar, debido a que solo llegan cuando reciben una llamada de alerta.

“Vamos a implementar una campaña de sentido de pertenencia, porque esta zona es altamente frecuentada por consumidores de alucinógenos. Queremos que esto se vaya acabando”, dijo el oficial.

“La comunidad debe estar tranquila,porque nosotros le vamos a brindar el apoyo que necesiten”.

Además, recomendó que alerten a la Policía cada vez que sea necesario.

“Estas denuncias la hacen a los medios de comunicación pero, nosotros muchas veces no nos enteramos. Hay que denunciar”, aseguró Roa.

Un niño de un año de edad, recién operado del corazón debe aguantar todos los días el olor que produce ‘la nube’ de humo que dejan los consumidores, debido a que vive muy cerca de la cancha.

“Ni siquiera advirtiéndoles que el niño está en recuperación y, que respeten, dejan de fumar ahí”, dijo la madre.

Además, dejó entrever que ya se cohibe de discutir con ellos por miedo a que tomen represalias en su contra.