Aunque su apariencia física revela la edad de un niño, este joven de 17 años se ha convertido en uno de los principales proveedores de drogas. en uno de los sectores más deprimidos de Cúcuta.
Desde la distancia, ‘Memín’ parece un niño. Por su apariencia, figura desgarbada y baja estatura (apenas mide 143 centímetros) se podría decir que tiene entre 8 y 10 años.
Se mueve por los recovecos del Canal Bogotá como pez en el agua. A su paso, todos los adictos y habitantes de la calle que conviven allí con las ratas, las basuras y el agua sucia, se excitan y la ansiedad se apodera de sus cuerpos.
‘Memín’ camina con autoridad, sabe que su presencia es deseada y que todos los que están allí lo esperan a él, a nadie más. De hecho, muchas personas lo buscan y deambulan como zombis por el Canal preguntando por él.
‘Memín’ no es amigo de nadie, tampoco tiene familia en ese lugar, sin embargo, todos lo quieren, no porque les haga un bien, sino porque les calma un deseo: el deseo de consumir drogas a como dé lugar.
‘Memín’, con 17 años, es el jíbaro de gran parte de los adictos que a diario transitan por el Canal Bogotá. Desde hace varios años él se ha convertido en el principal proveedor de toda clase de sustancias alucinógenas en este foco de adicción que recorre varias calles de uno de los lugares más deprimidos de la ciudad.
Para las autoridades está claro que ‘Memín’ no es cualquier jíbaro. Su prontuario, a pesar de su edad, no tiene nada que envidiarle a un delincuente de vieja data.
Según el coronel Álvaro Pico Malaver, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc),
‘Memín’ ha sido capturado en ocho oportunidades desde el pasado 30 de diciembre, por uniformados del Comando de Atención Inmediata del parque Mercedes Ábrego. La última captura la realizaron el 7 de julio en uno de los tantos operativos de control que se llevan a cabo en ese sector de la ciudad.
“Por información que hemos podido recopilar sobre su vida, sabemos que se ha criado desde los 10 años en el sector del Canal Bogotá, donde incluso ha llegado a ser respetado por los demás habitantes de la calle que han convertido este espacio en su hogar”, afirmó el coronel Pico Malaver.
‘Memín’, por información de las autoridades, ha sido instrumentalizado por la delincuencia común que lo ha convertido en un eslabón más de su cadena delictiva.
“Por el hecho de ser menor de edad, los proveedores de droga en ese sector lo utilizan sabiendo que si es capturado volverá a salir a los pocos días y seguirá sirviéndoles de manera eficaz en el proceso de distribución de los alucinógenos”, sostuvo el comandante de la Mecuc.
‘Memín’, quien a su corta edad ya se ha convertido en un visitante asiduo del centro de reclusión de menores, no cobra por su particular trabajo. Su única paga es una porción de lo que vende. Una, dos o tres dosis diarias se convierten en su sueldo.
Las veces que ‘Memín’ ha sido capturado no ha dicho nada acerca de las personas que lo surten de la droga que él vende en el Canal. Su silencio sorprende y su lealtad confunde a las autoridades.
Sin embargo, para el coronel Álvaro Pico Malaver, existen indicios de quiénes podrían estar detrás de las dosis que ‘Memín’ vende.
“En el marco de la operación ‘Génesis’ fueron capturadas varias personas dentro de las cuales dos aceptaron ser las responsables del surtimiento de sustancias alucinógenas en el Canal Bogotá. Estas dos personas eran integrantes de ‘Los Rastrojos’ y creemos que en algún momento pudieron estar detrás de la entrega de la droga que ‘Memín’ vende en ese sector de la ciudad”, afirmó el coronel.
El comandante de la Policía Metropolitana agregó que, como en todo grupo delincuencial organizado, nadie es imprescindible y una vez fueron capturados los dos sujetos que confesaron ese delito, estos habrían sido reemplazados por otros más que serían los que en estos momentos estarían proveyendo de drogas a ‘Memín’.
Actualmente, el pequeño jíbaro está recluido en el Centro de Servicios Judiciales para Adolescentes (Cespa) de donde ya se ha escapado en siete ocasiones.
‘Memín’, cada vez que es capturado, muestra señales de que su vida, en vez de empezar a cambiar, se va hundiendo más en la espiral del hampa y la drogadicción. Quizás sus proveedores no le permiten rehabilitarse o sencillamente él ya no conoce otra forma de subsistencia distinta a la que le tocó en suerte.
Esto se deduce porque, cada vez que lo capturan, las autoridades comprueban que las dosis encargadas para la venta a ‘Memín’ han aumentado, al igual que la responsabilidad con el dinero producto de la venta de las mismas.
Desde el 30 de diciembre del año pasado cuando lo capturaron por primera vez con 7 dosis, equivalente a 1,2 gramos y con un valor en el mercado de $14.000, ‘Memín’ ha ido creciendo en el negocio, al punto que el pasado 7 de julio fue capturado con 200 dosis, es decir 75 gramos de droga, por un valor de $400.000.
Hoy ‘Memín’ continúa recluido. No se sabe cuánto tiempo más permanecerá allí antes de que se vuelva a escapar. Entretanto, la pregunta que queda rondando en el ambiente es, ¿habrá alguna autoridad que pueda hacer algo por él?
Miércoles, 13 de Julio de 2011