La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Cúcuta
Los caseteros de Atalaya quieren hechos, no promesas
Los vendedores se habían ilusionado con la reubicación, pero aseguran que ya no creen en las promesas de la Alcaldía.
Lunes, 6 de Abril de 2015

La rutina en ese sector de Atalaya es la misma siempre: en El Natilán, las primeras casetas abren a las 3 p.m.

Los vendedores lavan pisos, acomodan sillas y limpian mesas, para atender a sus primeros comensales. En un par de horas, el olor de la fritanga, los chorizos, las hamburguesas, y las picadas inundará el ambiente.

Los caseteros están tranquilos: ya no les preocupa el desalojo que anunció la Secretaría de Gobierno el año pasado si se rehusaban a salir por voluntad propia de sus puestos de trabajo.

En octubre pasado, tuvieron la primera y única reunión con la Alcaldía, que les explicó que debían ser reubicados para poder continuar con las obras de remodelación del Paseo Rojo y Negro.

En ese momento se habló de reubicarlos en un parquedero del municipio, ubicado a unos 200 metros de sus actuales negocios, bajo la promesa de construirles unas nuevas casetas. La alcaldía se comprometió a habilitarles este espacio, que en su momento había sido invadido.

En la reunión no se pudo concretar nada. Los vendedores querían una promesa escrita y esto no sucedió, por lo que cuatro meses después, tras el desalojo del parqueadero, no hubo traslado alguno.

Aunque se habían ilusionado con la reubicación y con estrenar locales de cemento y con baños públicos, aseguran que ya no creen en las promesas de la Alcaldía.

“Si no cumplieron en algo tan mínimo como habilitarnos el parqueadero, ¿quién nos asegura que nos construirán la plazoleta de comidas que nos prometieron?”, preguntó Angelina Carrascal, una de las vendedoras.

Carrascal dijo que tras la reunión de octubre pasado, la Alcaldía guardó silencio en este tema.

Aunque el secretario de Gobierno, Óscar Gerardino, asegura que el municipio está en acercamientos con los caseteros, estos lo desmienten.

“No sabemos qué va a pasar con nosotros, pero el tema de la reubicación quedó en veremos”, señaló.

Los comerciantes aseguran que ellos no se oponen a la remodelación del Paseo Rojo y Negro, por el contrario, saben que esta obra ayudará a reactivar este sector, pero no quieren perder el espacio comercial que han ganado en la ciudadela.

Con respecto al proyecto de  la plazoleta de comidas, que aún reposa en el banco de proyectos de Planeación Municipal, y cuyo costo rodea los 900 millones de pesos, se muestran escépticos.

Mientras se llega a un acuerdo, la gobernación volvió a ampliar ante el gobierno nacional el plazo de entrega de El Paseo Rojo y Negro, a la espera de incluir el sector de las casetas.

Temas del Día