
Pedir botellas plásticas casa a casa y reunir la mayor cantidad posible de cartón y papel periódico, para llevar por primera vez una Navidad ecológica a Sardinata, fue la tarea que se propuso la Policía de Norte de Santander.
Los uniformados se dejaron contagiar por el espíritu navideño y junto a sus vecinos del casco urbano, con 3 mil botellas plásticas armaron un árbol de 15 metros.
Día a día, policías, auxiliares bachilleres y la comunidad, ayudaron a levantar el árbol que se puede apreciar desde las principales calles del pueblo.
A la par de la construcción del árbol, en las afueras del comando de Policía y la base militar elaboraron un pesebre con cartones de huevos, papel periódico y cajas.
“Escuché sobre la construcción del árbol y ofrecí mis servicios como electricista para ayudar en este proyecto”, dijo emocionado el vecino Orlando Durán, quién asistió ayer con su familia a la novena navideña organizada por la Policía frente a sus obras ecológicas.
Andrés Fuentes, otro de los colaboradores, dijo que es la primera vez que se construye un árbol de este tipo en el municipio y resaltó la labor comunitaria.
“Este proyecto unió más a los vecinos. Todos estábamos pendientes de llevar botellas y cuanto material sirviera para construir estas obras de arte”.
Este espacio artístico y ecológico les permitió a los policías descubrir su lado más creativo. Acudieron a tutoriales e imágenes de internet para elaborar los adornos del pesebre.
Las luces del pesebre y el árbol se encendieron por primera vez el pasado 7 de diciembre. Paralelamente la comunidad encendió unos 2 mil faroles que también fueron construidos en botellas plásticas.
Desde entonces los vecinos de las veredas y el casco urbano frecuentan este sitio para tomarse fotos y disfrutar en familia.
La comunidad agradeció la intervención y gestión del teniente Juan Díaz, comandante de la estación de Sardinata, uno de los líderes de la iniciativa.
El coronel Jhon Jairo Aroca, comandante de la Policía de Norte de Santander dijo que este proyecto, más allá de unir a las familias en torno a la tradicional celebración navideña, pretendía llevar un mensaje de preservación del medio ambiente a la comunidad e impulsar conciencia del reciclaje a los sardinatenses.
“Con este tipo de actividades contribuimos a mejorar los ambientes, y generar paz, armonía y buena convivencia entre las comunidades”, resaltó Aroca.
El 7 de enero las luces se apagaran definitivamente, y se desarmará árbol y pesebre. Los materiales serán dados a la comunidad para que emprendan un proyecto de reciclaje o los vendan.
La Opinión