Un salón de la tercera edad sin abuelos, un comedor sin comensales, y un salón comunal cerrado, son los dolores de cabeza de los vecinos de Claret, que pese a tener estar estructuras físicas en su barrio, ven con impotencia como se pierden con el paso de los años.

El comedor de los abuelos funcionó hasta hace unos seis años, en el antiguo Cai de Claret, cuando la Policía se fue de la sede los abuelos lo adaptaron como comedor. El municipio dejó de girar el rubro para los almuerzos y las puertas se sellaron.

“En este espacio hemos querido montar una biblioteca o una sala virtual, pero ha sido imposible lograr ayuda municipal, dijo Jair Uribe, presidente de junta.

Uribe está en búsqueda de patrocinios de la empresa privada que permitan habilitar de nuevo este espacio.

Una situación similar sucede comedor infantil, inaugurado hace 43 años, y cerrado desde hace 4 años. Un recibo de agua de cerca de 9 millones de pesos ha impedido habilitar este espacio.

Uribe dijo que la junta no tiene los recursos para saldar la deuda y darle un uso. El comedor fue administrado por las Damas Rosadas.

Con 50 años encima, el salón comunal es la única de las tres estructuras que empezó a ser rescatado. Con recursos de particulares y del mismo presidente de junta están levantando un muro que se cayó de viejo. Mil ladrillos los separan de la reapertura.

“Es paradójico que teniendo los sitios donde desarrollar actividades o programas que beneficien a la comunidad no podamos hacerlo por sus pésimas condiciones”, dijo Uribe.