En 1955 nació en Cúcuta el barrio Los Alpes, poco se conoce de la fecha exacta en que llegaron sus primeros pobladores, pero de lo que sí hay certeza es que la primera vivienda se construyó en la calle 3 con avenida 14, en el sitio denominado ‘La Manzanera’.

Su nombre rinde honor a sus empinadas calles. Según recuentos históricos, los primeros pobladores sentían que caminaban por los Alpes Suizos, de Europa, así que estuvieron de acuerdo en bautizarlo con dicho nombre.

Al igual que la mayoría de barrios de la capital de Norte de Santander, Los Alpes inició como una invasión. Inspirados por el clima fresco como el atractivo principal de la zona, los habitantes comenzaron a construir las casas.

No obstante, desde sus inicios, el terreno ha sido arcilloso, por lo que se ha catalogado como zona de alto riesgo de deslizamiento y las personas que viven en este lugar siempre han tenido que estar en alerta en las temporadas de lluvias ante posibles tragedias.

Incluso, finalizando la década del 90, la administración municipal de turno intentó adelantar labores para reubicar a las personas que vivían allí, pero se encontraron con una respuesta negativa.

“No tenemos para pagar un arriendo o un terreno en una urbanización, aquí ya estamos bien. Nos quieren sacar, para que ellos puedan construir una urbanización y cobrar”, fue la firme respuesta de las personas que residían en ese entonces en el barrio.

Pasado oscuro

Los Alpes ha vivido desde hace varias décadas las consecuencias del conflicto armado colombiano y, por años, sus habitantes se han visto inmersos en dicha situación.

“Antes de que este barrio fuera golpeado por los grupos al margen de la ley, se veían muchos deportistas y artistas, era un lugar próspero”, señaló uno de los residentes del sector.

Pero, según se comenta en el barrio, para finales de la década de los 80 e iniciando la del 90, se crearon las milicias populares del barrio Los Alpes.

“A raíz de esta situación, el barrio empezó a decaer. A diario aparecían muertos en las calles, incluso los jóvenes del sector fueron estigmatizados y se creía que todos eran guerrilleros”, señaló un líder comunal, que por seguridad prefirió no mencionar su nombre.

Agregó que no solo las milicias hicieron presencia en Los Alpes, también se asentó por un tiempo la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln)  y las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc).

La llegada de estos grupos dejó una marca grande en las personas que han vivido toda su vida allí, porque, además de muertes, fueron testigos de violaciones a los derechos humanos, abusos sexuales a menores de edad y amenazas, entre otras situaciones.

En la actualidad, lo que más les preocupa a los líderes comunales es que las bandas criminales siguen haciendo presencia en el lugar y a los que más está afectando es a los jóvenes y niños, quienes desde muy corta edad se unen a ellos, ilusionados con vanas promesas.

“Todavía se presentan estos fenómenos acá, el Gobierno Nacional pareciera que no se da cuenta, las administraciones municipales no le prestan mucha atención y nosotros somos los que sufrimos las consecuencias”, manifestó el representante de la comunidad.

El puesto de salud, alegría efímera

En 1994, fue construido un puesto de salud, entidad en la que se prestaba servicio de consulta externa a los residentes de Los Alpes y zonas aledañas.

Más de cinco mil personas se veían beneficiadas de la atención médica, pues el otro lugar al que podían acudir estaba en la Loma de Bolívar y para algunos era muy lejano.

Pero en la administración de Donamaris Ramírez (2012-2015), el puesto fue clausurado y, al parecer, todas las historias clínicas que estaban allí se perdieron.

Hoy, el estado de este puesto de salud es lamentable, está cubierto en su totalidad por la maleza, las paredes se están cayendo, los vidrios están rotos y los únicos que se atreven a entrar a las instalaciones son los perros que a diario merodean por el sitio.

La subida es un calvario

“Solo las calles de la entrada al barrio se encuentran en buen estado, a pocos metros de la subida inicial está un enorme hueco, que los vehículos deben esquivar para evitar caer al abismo”, comentó una habitante del lugar.

Varias de las vías parecen caminos de herradura o presentan hundimientos, por lo que solo las personas que tienen pericia al volante pueden subir a este conocido sector de la Comuna 9 de Cúcuta.

Según el líder comunal, no han encontrado voluntad por parte de la Alcaldía de Cúcuta para hacer los arreglos.

“Ni en la administración de César Rojas ni en la de Jairo Yáñez hemos visto acciones concretas para que se arreglen las vías, así es muy difícil”, precisó.

De acuerdo con testimonios de los residentes, este barrio se podría recuperar con el arreglo de la parte más alta, donde se encuentra la iglesia El Calvario, junto a una  cruz de más de cinco metros hechos de metal, que con una buena inversión se convertiría en un sitio turístico del municipio.

“Si desde 1990 venimos lidiando con problemas de inseguridad, ya sería justo que nos reconocieran en la ciudad por otra cosa que no fueran problemas, queremos que se aprovechen los espacios para turismo y traer progreso a nuestro sector”, dijeron líderes del barrio.

Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion