¿Es nuevo?
Muchos cucuteños supieron que existía La Conquista luego de ese episodio del 25 de junio en que todas las miradas apuntaron a la capital nortesantandereana, pero poco saben de la lucha que han enfrentado sus residentes para tener una vivienda digna, a pesar de que los terrenos en los que viven no son propios.
Fue en el 2012 cuando las primeras personas llegaron a construir sus casas. Según comentó Javier Bayona, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), ya se habían invadido algunos de los terrenos antes y ellos hacían parte de la tercera etapa.
“Primero fue Guadalupe, luego María Paz y después La Conquista, igual cuando llegamos no había casi nada, empezamos de cero”, contó Bayona.
Además, señaló que tener luz no fue una tarea fácil, pues por mucho tiempo tuvieron que robarse la energía de otros lugares.
“Los cables que poníamos no eran tan buenos y a veces se estallaban, normalmente eso pasaba tipo 10:00 de la noche, a esa hora quedábamos a oscuras y nos tocaba esperar hasta el otro día para solucionar el problema”, comentó el líder comunal.
Cansados de la situación y los frecuentes bajones de luz, los habitantes de los barrios cercanos decidieron cortar definitivamente el servicio e incluso dejar un poste sin fluido eléctrico, para evitar que los residentes de La Conquista se siguieran ‘colgando’.
Por esta razón, las personas que vivían en La Conquista decidieron protestar en la vía a Puerto Santander y cerrarla por un tiempo. Fue la única manera en la que pudieron recibir la atención de la administración municipal, que luego de este suceso sirvió como intermediaria para que tuvieran el servicio de electricidad legal.
Una lucha similar tuvieron que enfrentar para tener agua en sus viviendas. Como contó el presidente de la JAC, rompieron tuberías de zonas aledañas e instalaron unos tubos para que el preciado líquido llegara, hasta que la Fundación VyC se apersonó de la situación y les proporcionó el suministro de agua legal a través de una pila pública.