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¿Y el agua qué?
Colombia lleva las de perder con el calentamiento global por estar ubicada en la zona ecuatorial.
Viernes, 25 de Septiembre de 2015

Lo dicen los expertos en el clima y los estudiosos del ciclo hídrico y de la protección de los recursos naturales: Colombia lleva las de perder con el calentamiento global por estar ubicada en la zona ecuatorial, y los periodos de graves sequias alternados con lluvias torrenciales ya no serán más hechos aislados, sino por el contrario fenómenos cíclicos que llegaron para quedarse.

En ese orden de ideas, los gobiernos, los ciudadanos y las autoridades ambientales tenemos una responsabilidad inaplazable en el sentido de elaborar un plan a largo plazo de protección rigurosa de las cuencas hidrológicas, de los páramos, de programas obligatorios de educación de las nuevas generaciones y las actuales para que se vuelvan actores activos del cuidado, la preservación y el uso consciente y responsable del agua como elemento vital, único e irremplazable en la vida humana y del planeta, ya no a futuro, sino para el inmediato presente.

Es por eso que cada vez que el país se enfrenta a una crisis ambiental tan grave como la pavorosa sequía que se padece actualmente, por causa del “maldito Niño”, no puede ser posible que debamos enfrentarlo solo con medidas de choque, sino que se debe asumir como una política de Estado que involucre la implementación de una serie de correctivos desde antes que el fenómeno nos ataque de frente, con leyes nuevas que aseguren meter en cintura a los despilfarradores de agua, a los sectores productivos que hacen mal uso del recurso hídrico y por supuesto, a impedir a toda costa la minería ilegal en los páramos, en los lechos de los ríos que envenenan sus aguas y a poner en marcha ya proyectos de reciclaje de aguas contaminadas para ser usadas en agricultura, uso residencial no potable, y muchos otros usos que ahorrarían usar agua potable para esos fines, la cual solo se debe destinar para el consumo humano.

Los colombianos nos hemos sentado cómodos e irresponsables en la frase que reza que este país es uno de los más ricos del mundo en recursos hídricos, pero verdaderamente no estamos haciendo nada para cuidarlos como tesoro invaluable, todo lo contrario, hoy en día vastas zonas de la geografía nacional mueren de sed por esta indolencia e imprevisión que sufrimos. Observamos aterrados como las principales cuencas hidrográficas están casi secas, y ciudades tan grandes como Cali, en el verde Valle del Cauca, ya raciona el preciado líquido a casi un millón de sus habitantes. Sin embargo, algunas ciudades intermedias si han hecho la tarea con juicio, y nuestra prospera vecina, Bucaramanga, ya cuenta con un embalse que le garantiza el agua para varias décadas a futuro.

Entre tanto, en nuestra ciudad y región no he oído ni una sola voz que se levante para proponer algo brillante en ese sentido, ninguno de los candidatos a ser honrado como el futuro alcalde de esta capital se ha pronunciado siquiera para preguntar que se está haciendo desde las administraciones actuales y desde la entidad que vela por el medio ambiente, en el propósito de prevenir el impacto de la sequía, salvo contadas intervenciones de Corponor en el sentido que ya se prendieron las alertas para actuar de manera firme en un posible racionamiento para la ciudad.

Cúcuta es una ciudad que ha crecido en pobreza, informalidad y ahora deportados, su área metropolitana pasa del millón de habitantes, y nuestro acueducto es insuficiente. Estamos en mora que se construya un embalse que almacene el agua en los periodos de abundancia y garantice el líquido cuando los ríos bajen sus caudales por culpa del clima.

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