“Para conseguir la paz se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra”, papa Francisco.
Sin duda alguna, la visita de Jorge Mario Bergoglio ha sido una de los acontecimientos más importantes en los últimos años para Colombia, no solo por ser el principal jerarca de la Iglesia católica sino por ser uno de los líderes sociales y políticos más influyentes del planeta. Francisco es un hombre respetado por todos; jefes de Estado, líderes de otras religiones y hasta famosos agnósticos y ateos que independientemente de la religión, reconocen el poder de su mensaje.
Después de 3 décadas de la visita del papa Juan Pablo II, Francisco prometió visitar a Colombia sólo cuando el proceso de paz estuviera consolidado, y así lo hizo. Con el resultado adverso en el plebiscito y luego de una renegociación donde se modificaron algunos puntos del acuerdo original, se confirmó desde hace varios meses desde el Vaticano que el primer papa latinoamericano estaría en el país.
Como suele suceder en Colombia, no faltaron las voces en contra de esta visita, unos argumentando los altos costos, algunos la libertad de culto, y otros más que simplemente nada les gusta. Según cifras del Ministerio de Hacienda las ganancias para varios sectores de la economía rondaron los 280.000 millones de pesos, cifra nada despreciable teniendo en cuenta que el costo para el Estado colombiano osciló en los 28.000 millones de pesos.
Algunos políticos quisieron aprovechar la visita, sobre todo los que representan ideologías radicales, enviándole cartas y pidiendo audiencias, pero Francisco no cayó en la trampa. Aunque su discurso de unión y reconciliación alrededor de la construcción de paz tenía una carga social y política fuerte, el no dejó politizar su visita. Su apoyo a los acuerdos de paz y a las víctimas fue contundente, en el marco del perdón, la justicia y la reconciliación.
En sus discursos, Bergoglio fue contundente y con la diplomacia que caracteriza a un buen jefe de Estado, dijo frases como: “Ustedes estén atentos a los frutos, cuiden el trigo y no pierdan la paz por la cizaña” en una clara alegoría para explicar los riesgos que tienen los acuerdos con los intereses politiqueros de algunos, que de llegar al poder “volverían trizas los acuerdos” (como ellos mismos dicen), sin medir en lo más mínimo las consecuencias de sus palabras.
Sobre los acuerdos de paz firmados con las Farc y el que se esta negociando con el Eln, se refirió diciendo que “Se trata de un acuerdo para vivir juntos, de un pacto social y cultural. A la cultura de la muerte, de la violencia, respondamos con la cultura de la vida, del encuentro”.
El mensaje del papa fue muy claro, ya dimos el primer paso, ahora hay que seguir y dar el segundo, por eso el próximo presidente que elijamos debe tener muy presente las palabras de Francisco y ponerlas en práctica; donde se reconozcan los errores, se haga justicia, nos perdonemos, nos reconciliemos y se rechace a corruptos y guerreristas, para que de una vez por todas podamos seguir otro de los consejos que nos dejó: “Vayan adelante, no tengan miedo porque solo así se animarán a descubrir el país que se encuentra detrás de Colombia”.
Francisco les habló a todos los colombianos, sin distinción alguna de religión, raza o sexo, el no nos dijo por quién votar pero si dejo claro porqué debemos votar, ya esta en nosotros interiorizar el mensaje y elegir bien.
Adenda: Algunos católicos fanáticos resultaron “más papistas que el papa”, tildándolo de comunista y ateo, por su compromiso decidido en apoyar los acuerdos de paz en Colombia.