Cuando un año finaliza, la gran mayoría de las personas que han programado su desplazamiento a diferentes municipios, realizan una revisión documental de lo que deben portar, previo a su salida.
De inmediato detectan que lo único que tienen vigente es la cédula de ciudadanía y ponerse al día, les podría costar varios miles de pesos.
A su cerebro llegan simultáneamente varias imágenes, todas relacionadas con la forma de evadir los pagos y de paso, las revisiones del vehículo.
Observa que dos de sus llantas, han cumplido la vida útil y varios bombillos a pesar de que ha intentado cambiarlos, no encienden.
Además, la suspensión está tan desajustada, que los pasajeros sienten en su humanidad, hasta pasar por encima de un helado.
Por lo general, la familia anima al conductor o familiar diciéndole, que pueden viajar poco a poco y que el dinero que se pudiera “gastar” en reparaciones, serviría para la diversión.
También le dicen que debe llevar efectivo a la mano, por si encuentran algún retén y así todo les sale más barato.
Dentro del conjunto de personas objeto de mi columna, aparecen aquellas que dicen: “Un amigo me ayuda. Voy a llamar a Víctor (nombre inventado). Él trabaja en un Centro de Diagnóstico Automotor y si le tiro para la gaseosa, me ayuda para que pase el carrito”.
No pongo en tela de juicio a los trabadores de los CDA, porque la gran mayoría lo hace con entusiasmo y honestidad, pero resulta que aquella persona que pidió lo que no debiera llamarse favor, enviará a uno y otro y otro para que “Víctor” les pase el carrito.
Además, dentro de la misma empresa pueden haber varios “Víctor” y el cuento corre a gran velocidad.
Los accidentes por fallas mecánicas ocurridos en carretera, obedecen principalmente al engaño de sus propietarios frente a verdadera condición del vehículo y debieran ser los “Victor”, quienes respondieran por las presuntas irregularidades que pudieron surtirse en el trámite de la Revisión Técnico- Mecánica y de emisiones contaminantes.
Recordar que el artículo 52 del Decreto 019 de 2012 establece: “Los vehículos nuevos de servicio particular diferentes a motocicletas y similares, se someterán a la primera revisión técnico-mecánica y de emisiones contaminantes a partir del sexto (6°) año contado a partir de la fecha de su matrícula, luego anualmente. Los vehículos nuevos de servicio público, así como motocicletas y similares, se someterán a la primera revisión técnico-mecánica y de emisiones contaminantes al cumplir dos (2) años contados a partir de su fecha de matrícula”.
Finalmente, es prudente y responsable entender que las probabilidades de accidente en carretera son altas, si se sigue pensando que “un amigo me ayuda”.