Rex Tillerson, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, sigue siendo humillado públicamente por Trump, pero no renuncia.
Hace poco escribí en estas páginas que los rumores en la Casa Blanca y en todo Washington eran los de que los días de Tillerson como Secretario de Estado estaban contados.
“Ya sea porque Tillerson, fatigado con las salidas y los errores de Trump renuncie, como se ha rumorado, o que Trump lo despida”. Cerca de dos meses después, la situación sigue siendo la misma: Tillerson volvió a ser humillado por el Presidente y su equipo más cercano, pero ni lo despiden ni renuncia.
En vísperas de que el Secretario viaje a varias capitales europeas, el influyente diario The New York Times publicó este viernes en su primera página un artículo en el que afirma que “la Casa Blanca ha desarrollado un plan para forzar la salida del Secretario de Estado Rex W. Tillerson y reemplazarlo con el director de la CIA”, dentro de las próximas semanas.
Dice el diario que el Presidente habló el jueves duramente en contra del Secretario, aunque advirtió que Trump todavía no parecía listo para despedirlo de inmediato.
Sin embargo, nadie puede predecir los bruscos cambios en el estado de ánimo del Presidente.
Un numeroso grupo de psiquiatras norteamericanos lo ha estado analizando, a distancia, y su diagnóstico es el de que es mentalmente inestable. ¡Preocupante!
En todo caso, el filtro de esta información a la prensa, tiene las huellas de funcionarios de la Casa Blanca, interesados en debilitar, al ya débil Tillerson, y en precipitar su salida. Si un Secretario de Estado no tiene la confianza del Presidente, difícilmente va a ser aceptado como su auténtico vocero por los gobiernos extranjeros.
Las negociaciones internacionales se le van a complicar todavía más y, terminará siendo inefectivo.
Quizás a esto se refería la exsecretaria de Estado Madeleine Albright, cuando en la columna publicada el jueves que pasó, diagnosticó: “El hecho es que sobre comercio y cambio climático, el gobierno de los EEUU es ahora irrelevante; en temas de seguridad, somos inefectivos”.
El Secretario viene siendo muy criticado por los medios de comunicación, por exfuncionarios del Departamento de Estado, por voces anónimas de la Casa Blanca y sectores parlamentarios. La ex Secretaria Albright recogió algunas de esas críticas en la misma columna, bajo el provocativo título “La emergencia de seguridad de la que no estamos hablando”. Afirma que los profesionales de la diplomacia han emitido una advertencia urgente sobre la crisis que afecta a ese departamento, de donde numerosos altos funcionarios se han venido retirando desilusionados y en donde el ritmo de nuevos nombramientos, bajo Tillerson, es bajísimo.
El nombramiento de Tillerson fue, inicialmente, bien recibido. A pesar de no tener experiencia gubernamental, su larga y exitosa carrera en ExxonMobil, sus capacidades como negociador petrolero y su cercanía con numerosos y poderosos jefes de estado y de gobierno se consideraban activos relevantes. Infortunadamente, Tillerson no resultó el administrador que se esperaba, por lo menos en la esfera pública, y se ha enredado en el estudio de una reforma administrativa del departamento a su cargo, que deberá incluir, por orden de la Casa Blanca, recortes de personal y de presupuesto. Ese estudio no parece que tenga fin.
Igualmente lo ha debilitado su aparente lejanía con el personal diplomático y administrativo, con quienes no dialoga y difícilmente recibe en su despacho. La prensa publicó recientemente que el profesional a cargo de los temas de seguridad en el departamento y en las embajadas y consulados en el exterior le pidió una cita que no le fue concedida. Insistió con urgencia y presionó hasta que Tillerson lo recibió por cinco minutos. Al día siguiente lo despidió de su cargo.
Se dice que tiene grandes diferencias y rivalidades con Jared Kushner, el yerno de Trump, quien recibió el encargo de manejar directamente algunas áreas y temas internacionales. Ivanka Trump viajó a la India para representar oficialmente a su país en una conferencia sobre “emprendedurismo”. Tillerson no designó a ningún diplomático de alto nivel para que la acompañara y respaldara durante el viaje, lo cual fue ampliamente criticado. Mientras tanto, el Primer Ministro de la India recibió a Ivanka con los mayores honores y atenciones.
En resumen, Tillerson ha fallado como administrador, y ha sido débil en relaciones públicas, en cosechar efectivos apoyos políticos, en acercarse a personas clave en la Casa Blanca y en la prensa y en comunicarse más efectivamente con su burocracia y con el país.
¿Por qué no ha renunciado? Se comenta que el no quisiera pasar a la historia como “Rex el Breve”, y como el Secretario de Estado con más corta duración en la historia contemporánea. No obstante las humillaciones, quiere aguantar hasta llegar al año.