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Síndrome Bogotá
¿Por qué Bogotá es filomamerta? 
Viernes, 22 de Junio de 2018

Las elecciones de este pasado domingo 17 de junio 2018 mostraron algo que es importante empezar a discutir en el marco de una nueva política de descentralización, tema transversal en la Constitución, que se ha congela, convirtiéndose en otro de los grandes conejos que se le ha hecho a la voluntad popular colombiana. Bogotá es la ciudad emblema del centralismo.

¿Por qué Bogotá es filomamerta? El perfil cultural del bogotano se materializa en la ciudad: es un centro urbano de montaña, aislada de mares y fronteras, qué por contraposición, lleva a un falso cosmopolismo. Ese síndrome “aldeano” se refleja en que todo lo que se hace en Bogotá es lo más grande de Suramérica, o con reconocimiento mundial, actitud, que a su vez conlleva a que explicitar los problemas de la cuidad se tome como un insulto a la misma. 

Es una ciudad segregada, donde el estrato define todo. Es segregación física. Los criterios geográficos de norte y sur, son a su vez criterios de segregación social. El norte pudiente y el sur, sobreviviente. Muestras de ese carácter excluyente es un claro racismo, y de manera dialéctica, una magnífica visión de lo “extranjero”, para quienes se despliegan toda clase de atenciones. Pero, como no es de bien ver ese perfil excluyente, se ha desarrollado un falso comportamiento cultural, que se expresa en relaciones verbalmente cordiales y gestualmente agresivas.

El carácter excluyente, que no se diluye porque Bogotá sea hogar de gentes de todo el país, quienes en su mayoría más bien se pliegan a ese comportamiento, crea resentimiento en los excluidos, que se materializa en que Bogotá es la ciudad más filomamerta del país. El mamertismo de estratos medios y bajos es reflejo de un resentimiento que se da por vivir en una ciudad física y socialmente agreste. El mamertismo yupintelectual, tipo Samper, Santos o López es una forma de control social, donde los excluyentes se ponen de parte de los excluidos, pero manteniendo el control del régimen. El problema de ese molde filomamerto, que ha dado a Bogotá tres gobiernos de izquierda, no permiten un modelo de desarrollo ni una seria planeación de ciudad, sino “alcaldadas” ideológicas que se justifican en una dialéctica florida, que ha llevado a que la palabra valga más que los hechos.

El modelo de descentralización de Colombia debe “desbogotanizarse”, so pena de hacerlo inviable. Romper el hilo mamerto, pasa, aunque no es su elemento principal, por sacar de Bogotá gran parte del poder político centralizado, y distribuirlo adecuadamente en las diferentes regiones del país, para que se dé el debido intercambio cultural entre regiones, y se abandone la agenda mamerta de Bogotá. 

La descentralización es el único camino, qué sin romper la juridicidad vigente, puede apartarnos de aventuras de base cubana, permitiéndonos explotar las ventajas de la diversidad nacional, logrando un modelo de desarrollo sostenible que nos permita entrar a enfrentar con el resto del mundo los gigantescos desafíos de hoy, abandonando la mentalidad “aldeana” de centralismo, que se identifica con Bogotá. Ese camino no se logra sin presión popular, pues desde el régimen es un imposible porque significa destruir el modelo que ha mantenido al país en el subdesarrollo.

Una vez más, como en elecciones pasadas, estamos más contentos por lo que se va, Juan Manuel Santos, uno de los mayores históricos de Colombia, que por lo que llega. Eso sólo ya es una mejoría para el país. Duque, sin embargo, es una bocanada de aire fresco en una política de delfines y “familias históricas”, que ojalá tenga el carácter para enfrentar el régimen, porque la inteligencia la tiene. La nueva vicepresidenta Martha Lucía Ramírez, dependiendo de su desempeño surge como fuerte contendora para el 2022 y hará que la cola de Galán, Gaviria, Lara y otros “delfincitos”, se resignen a que el apellido y los “contactos” llevan a la escalera, pero no la suben. Por ahora nos salvamos del petromamertismo; hay que trabajar para que sea definitivo el corte del país con ese modelito.

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