“Arreglar los problemas económicos es fácil, lo único que se necesita es dinero”. Woody Allen.
Es el mundo al revés. Nuestros candidatos a la Gobernación y a las Alcaldías Municipales andan despistados haciendo campaña como si Julio de 2014 no hubiese pasado por Colombia. Ignoran aún el desplome de nuestra economía que durante los últimos 10 años se sustentó en la renta petrolera que alcanzó a representar el 25 % del presupuesto general de la Nación.
Llegaron pues, las vacas flacas y este año y los próximos es imposible lograr aumentos de cobertura en servicios críticos como educación básica y atención a la infancia que requerirán recursos adicionales de 1 a 2 puntos del PIB, la inversión pública en la que nos hicimos tantas ilusiones este año, de 40 billones cayó 11% frente a 2014 y no se ve otra reforma tributaria a la vista para tapar los huecos de las metas de 2016.
¿Entonces como financiaremos el postconflicto, siendo optimistas, si logramos la paz?
Si hay sensatez, lo importante para los gobiernos Nacional, Departamental y Municipales es mostrar la verdad, anunciando que se va a recortar el desperdicio de recursos y la mermelada que antes se desbordaron y que con la ayuda regional de la ola invernal y la corrupción, se llevó motoniveladoras, cargadores, grúas y volquetes y hasta cadáveres insepultos.
Con este panorama, es absurdo, que nuestros candidatos hagan camino montando ilusiones norteñas y cucuteñas imposibles de cumplir, como en el pasado, el engaño de las 20.000 casas modelo “serviteca Rosetal”.
Absurdos, como prometer la creación de un Banco paralelo al de la República, o destituir a John Maynard Keynes y su teoría del pleno empleo, con el teleférico del Cerro Tasajero, o la flotilla de minibuses de recorrido turístico por Villa del Rosario-Cúcuta-El Zulia, o la industrialización del Área Metropolitana, zonas francas a la lata, sin energía competitiva, sin agua, sin infraestructura financiera, sin infraestructura vial para traer insumos y despachar productos, sin mano de obra calificada, solo subsidios, subsidios y subsidios, medidas coyunturales tributarias y sociales de emergencia y asistencialismo indignante para infantes, adultos y ancianos, que comentan ya están vendido y pagado a futuro.
Todos los problemas estructurales nacionales, como los terremotos de la falla de San Andrés que vimos la semana pasada en Cinemark, se replican en los departamentos y en los municipios. Y se replican más fuertes, en las regiones de menor desarrollo humano como Norte de Santander y Cúcuta.
Cada que entramos a clase de Gerencia Pública les decimos a los muchachos, que la de hoy para ser competitiva, debe girar alrededor de Régimen Político, Educación y Visión. Aquí no hemos querido entender la lección. Norte de Santander y Cúcuta, carecen de Visión, pues ningún gobernador y ningún alcalde han querido dársela, a pesar que la exigimos antes de su elección. Los de hoy dirían. ¿Y eso cómo se come? Pero, eso, es lo que nos diferencia de los vecinos de Santander, que tienen Visión y tienen plan, y en él estaba previsto Hidrosogamoso, y la represa de Tona para manejar el agua, y “Panachi” y “El Santísimo” y su impresionante diseño de vialidad, en un viejo y realizado plan turístico cuya primera Visión, va hasta el 2025.
Sí, todos los problemas nacionales, aquí se replican a la n potencia. Las instituciones nacionales son débiles, las regionales de aquí muchísimo más. El sistema de salud no tiene suficiente financiamiento. El sistema educativo, cuya crisis vivimos agravadas desde la básica a la superior, necesita reformas no cataplasmas. Nuestro sistema de justicia es otro desastre como dijo el ministro Carrasquilla, que debe ser atacado a fondo, pues el equilibrio aprobado, lo acabó de desequilibrar.
¿Podemos hacer algo a nivel departamental y municipal, para enderezar la injusticia? Claro que sí. Que gobernadores y alcaldes se alejen de ella, sin cuotas y contratos que les deje maniobrar engavetando fallos, o dilatándolos, u obteniendo “prevaricaticos”. Se harían bien recíprocos.
Adenda: Condecorar o auto-exaltarse, son cosas distintas. Pero cuando se plasman en uno o en dos documentos públicos, contra la ley y sin requisitos y sin competencia, se torna en falsedad y usurpación de funciones, así viaje uno en piragua de bonga. Las piraguas, también hacen agua, lo dijo Guillermo Cubillos.