Desde ahora hay que invocar al santo romano, Jorge de Capadocia, para que acuda al auditorio del Colegio Agustina Ferro, el próximo domingo, y con su lanza mágica, ahuyente a los compradores de votos que pretendan condicionar a los 133 delegados para que elijan, por enésima vez, a los directivos que tanto daño le han hecho al canal comunitario, que lleva el nombre del mártir cristiano.
Tal como lo hizo con el dragón que sembraba el terror en el siglo IX, a San Jorge hay que suplicarle que destierre a los directivos y periodistas que tomaron al canal comunitario como una fuente de lucro, por no decir que enriquecimiento, por encima de los estatutos, del espíritu comunitario y hasta de la misma jurisprudencia vigente.
Es probable que en la asamblea general de delegados del 26 de junio de este año, se intente aceitar de nuevo la maquinaria que regrese a la junta directiva y al informativo, a personajes que han puesto a tambalear, por situaciones muy oscuras, al canal local de televisión, que han sostenido con sus aportes, durante más de 25 años, los usuarios de la mayoría de los barrios de la ciudad.
Ojalá que el evento de este domingo, que debe ser democrático, se transmita en vivo y en directo, para que los mismos televidentes oficien de testigos ante los eventuales intentos de manipular los votos de los delegados.
Para evitar que se repitan las argucias utilizadas en certámenes anteriores, con el fin de mantener , o perpetuar a algunos directivos o periodistas, en la junta o dirección del noticiero, quienes están al frente de la organización de la asamblea, debieron “blindar” el proceso, para evitar que se cometan los errores de siempre.
Las acciones mitológicas protagonizadas por San Jorge, pueden aparecer descoloridas en la actualidad, si escuchamos las versiones de algunas personas que han trabajado en la parte técnica o periodística del canal comunitario.
Es increíble la imaginación que han utilizado para aferrarse al medio televisivo, tanto directivos como periodistas. Gracias a la creatividad, engañosa o maligna, se ganaron muchos premios en el plano nacional, montaron agencias de publicidad, y hasta reengancharon a personas que habían demandado al canal y recibido indemnizaciones millonarias.
Lástima que no se les ocurrió a los miembros de la junta directiva actual, conformar una veeduría, integrada por funcionarios de la Asociación Nacional de Televisión (ANTV), de la Superintendencia de Servicios Públicos, de los sectores locales de la academia, cultura y productivo, para evitar los fraudes, que al parecer, han primado en este tipo de eventos , supuestamente democráticos.
Y como estamos en Colombia, es muy probable que vuelvan a ocupar la junta directiva, los asociados que han provocado una serie de actuaciones dudosas, que perfectamente podrían acercarse a la corrupción, y que la parte periodística sea dirigida por personas sin ética, para que se revivan fundaciones paralelas que tengan como finalidad utilizar los equipos del canal para realizar trabajos publicitarios para beneficio personal.
Como en estos tiempos es limitada la creencia sobre los milagros , es probable que la invocación al santo que identifica a la Asociación de Usuarios Comunitarios de la Antena Parabólica, ASUCAP, no permita acabar con el dragón de la corrupción, de manera que todo vuelva a ser como antes.