La actual campaña para elegir alcaldes, gobernador y demás funcionarios de la administración local y regional es una verdadera mescolanza de candidatos, avales y apoyos de todos los pelambres, que están terminando por confundir al elector sobre las verdaderas cualidades o defectos de unos y otros para ser o no elegidos, a cargos tan decisivos para el inmediato futuro en la balanza del poder regional.

La lucha por detentar ese poder regional que otorga la facultad de manejar recursos públicos en cantidades nada despreciables, ha hecho que la actual campaña electoral se vea reducida a una lucha sin cuartel para hacerse a ese botín, dejando de lado la discusión real sobre los programas y la concreción de ideas que tienen para ofrecer estos candidatos en beneficio de la comunidad que van a gobernar, y por supuesto, las alternativas de solución a los graves problemas que aquejan la ciudad y el departamento.

Los medios de comunicación se limitan a publicar los apoyos, las adhesiones y los respaldos de unos y otros representando la medición de fuerzas como en un pugilato, para ver quien en teoría sacará más votos, y aunque este siempre ha sido un ejercicio válido de la democracia, en nuestro país se ha pervertido el fin del mismo, pues no se sabe a ciencia cierta quién es el mejor, si no quién está mejor o peor respaldado, cada uno con sus propias historias de regulares, malas y pésimas ejecutorias.

Porque no nos digamos mentiras, en nuestro medio las ejecutorias de muchos que aspiran a repetir, han sido mediocres por decir lo más.

Las individualidades deben pesar, porque a fin de cuentas, el talante de una persona muchas veces deja ver la fortaleza que pueda tener en sus convicciones de hacer algo por esta ciudad y región, por encima de sus compromisos políticos, y eso es lo que tenemos que saber leer los ciudadanos que vamos a elegir libremente.

Obviamente muchos electores ya tienen su voto amarrado por sus jefes políticos en esos cargos que dependen de la administración pública y en donde los compromisos tácitos para devolver favores están a la orden del día. Por lo tanto es muy importante que los ciudadanos libres de estas cadenas, sepamos votar a conciencia, sepamos escudriñar qué dicen estos aspirantes de labios para afuera para enfrentar el desempleo, la criminalidad, la urgente diversificación de la economía, la promoción de la inversión foránea, el compromiso para terminar o al menos empezar obras que si no se hacen nos pondrán aún más rezagados del progreso del resto del país, los programas urgentes de cultura ciudadana, la capacidad de gestión real que puedan tener ante los órganos de Planeación Nacional para conseguir los recursos que se precisan para poner a andar esta región olvidada.

De ahí que el discurso populista, proteccionista, de subsidios a los más pobres, que en últimas son limosnas que no solucionan nada debe ser despreciado, debemos buscar el que se comprometa a traer importantes recursos para obras de envergadura, que generen empleos formales, capacitación a los menos favorecidos, seguridad social, servicios públicos, educación, y por supuesto, que esta población pueda ingresar a los rubros de la economía formal que produce verdadero crecimiento.