Ante la proximidad del debate electoral para elegir nuevas autoridades territoriales, muchos nos dedicamos en nuestras acostumbradas tertulias, al deporte favorito del momento: a pronosticar sobre los posibles resultados de la contienda.

En el pasado debate electoral vaticiné sobre la composición de los miembros al Congreso de la República en representación de nuestro departamento y en una de mis columnas manifesté como quedaría esta importante célula legislativa y a fe cierta que acerté en más del 90% por no decir que el 100% para no parecer pretencioso ante mis lectores.

Casi daña el pronóstico el senador Manuel Guillermo Mora, que para beneficio de la región, arrastradito pero entró.

En esta oportunidad, aún cuando no se han inscrito en debida forma los candidatos al Concejo por los diferentes partidos y grupos significativos de ciudadanos ante la Registraduría Nacional, conociendo ya la composición de las diferentes listas y los respaldos que estas llevan, si las elecciones fueran ya, haciendo eso sí la salvedad que en lo corrido de este tiempo a las elecciones de octubre pueden presentarse leves modificaciones.

El  Partido Liberal tiene cinco, pierde dos, queda con tres. El Partido Social de Unidad Nacional, tiene tres y los conserva. El Partido Conservador actualmente con cinco, pierde dos, queda con tres. Cambio Radical de tres, pierde uno, queda con dos.

Es posible que la lista de Civismo en Acción que orienta el Alcalde de Cúcuta logre dos curules para un total de trece concejales.

El resto de partidos y grupos significativos de ciudadanos sacarán las seis restantes, de a uno, hasta completar los diecinueve cupos, pero dependiendo del fragor de la campaña si uno de los partidos o grupos significativos de ciudadanos aumenta una curul sería en perjuicio de la que se cuelgue.

En la composición del actual Concejo tienen asiento seis partidos políticos a diferencia, como se prevé, la próxima tendrán asiento muy seguramente representantes de once partidos y grupos significativos. Parece que se avisparon los grupos significativos y partidos pequeños en la conformación de sus listas. Los candidatos con algún potencial de votos que ven lejana la posibilidad de obtener curul por si solos, que no cuentan con respaldo de un cacique tradicional  sumado al tratamiento discriminatorio y excluyente que los jefes de los partidos tradicionales les  prodigan, se unieron como mecanismo de defensa.  Van a recibir en la próxima contienda electoral un fuerte golpe que ojalá les sirva de escarmiento por esa actitud soberbia y displicente con que manejan sus respectivos feudos. ¡Por eso hablar de democracia con actitudes excluyentes, es una farsa!