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Pobre Colombia
El prominente futuro augurado por los políticos de estas tres vertientes electorales, no avizoran tal acontecimiento y contrario sensu, por sus antecedentes, se anuncian tiempos apocalípticos, que nos obligan a exclamar: “¡POBRE COLOMBIA!”.
Miércoles, 11 de Agosto de 2021

En las próximas elecciones presidenciales en nuestro país, se perfilan al menos 15 candidatos.  Unos ocho lo harán por firmas y siete en representación de partidos y coaliciones. De estos candidatos, haciendo una reflexión realista, solo tres se disputarán el Solio de Bolívar, por cuanto los 12 restantes, son ilustres desconocidos o no tienen una estructura política sólida que les garantice el triunfo electoral. 

Por lo tanto, no me voy a referir a ellos y dedicaré está cuartilla al examen de las tres vertientes: el Pacto Histórico, Coalición de la Esperanza y el Centro Democrático, cuyos candidatos contarán, en mi leal saber y entender, posibilidades ciertas de triunfo.  

Empecemos por el Pacto Histórico: una coalición política electoral compuesta por partidos y movimientos sociales de izquierda y centro izquierda, en donde sin lugar a dudas, Gustavo Petro de la Colombia Humana será el candidato, pero que, se le sumaron tremendos camaleones como los senadores Armando Benedetti y Roy Barreras que han pelechado en diferentes grupos y movimientos políticos desde el año 2006 representando  a las derechas colombianas y en una metamorfosis decidieron dar un viraje de 180 grados, pregonando la transformación de las costumbres políticas y ahora sí, que se cambie el modelo económico extractivista, se garantice el derecho a la salud, educación (que en sus 15 años de senadores no han hecho) del pueblo colombiano, convirtiendo el pacto en un salpicón con calculados propósitos electorales. 

La Coalición de la Esperanza: donde indiscutiblemente Sergio Fajardo se perfila como el candidato de la coalición y de la misma manera que el Pacto Histórico, aterrizaron en aquella, los derechistas santistas Humberto de la Calle y Juan Fernando Cristo, lo mismo que Juan Manuel Galán, todos de extracción liberal, que desde adolescentes han ocupado importantes Cargos (Registrador Nacional, embajadas, ministerios, Vicepresidencias, Senado de la República etc.), proponiendo una nueva forma de gobernar(más vale tarde), que se recupere la confianza en la democracia, poner la economía al servicio de la ciudadanía, proteger la biodiversidad, proteger a la ciudadanía y a los territorios. Ese cuento si no nos lo comemos más los colombianos, sobre todo con los mismos.

Y, por último, el Centro Democrático:   que ha tenido el poder en los últimos 20 años con el señor Uribe a la cabeza, no hay necesidad de enumerar cuales son las personas Non sanctas que lo rodean, porque con él solo, basta y sobra. No han decidido candidato, pero sondean si a Tomasito Uribe nos lo calan, como para variar. Los millones de desplazados, las 6.500 personas asesinadas fuera de combate por las fuerzas militares (falsos positivos), el nivel de pobreza cerca al 40%, desempleo superior al 15%, tasa de informalidad del 70%, prestación del servicio de salud ineficiente, recorte en las garantías laborales, son algunas de las ejecutorias que el señor Uribe con sus elegidos por el Centro Democrático, nos han heredado.

Queridos lectores, he pretendido ser los más suave posible en estas reflexiones que nos indican que el prominente futuro augurado por los políticos de estas tres vertientes electorales, no avizoran tal acontecimiento y contrario sensu, por sus antecedentes, se anuncian tiempos apocalípticos, que nos obligan a exclamar: “¡POBRE COLOMBIA!”.

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