El mayor impacto a principios de esta semana a nivel mundial fueron las múltiples protestas en las principales ciudades de China (Pekín, Shanghai y Wuhan) contra el cero COVID y el estricto confinamiento. Las bolsas de valores mundiales cayeron registrando considerables pérdidas.  

China es la segunda economía del mundo, luego de Estados Unidos, representa el 17.7% de la población mundial y es el principal importador de petróleo.

Sin embargo, todo parece indicar que los efectos económicos, derivados de la crítica situación del país asiático, duraron menos de lo esperado, con base en el comportamiento del mercado mundial. El miércoles los precios del crudo subieron casi el 3%, según los analistas, por el optimismo sobre la recuperación china, la reducción de la oferta y por la debilidad del dólar.

EL jueves el precio del petróleo subió por el recelo de los inversores ante la posibilidad de que la OPEP recortará más la oferta en la reunión del domingo 4 y porque el alivio en las restricciones en China hace que se espere un aumento de la demanda en este país.

El crudo obtuvo más apoyo pues el dólar se debilitó después de que la presidenta de la FED abrió la puerta a una baja del ritmo al aplicar las tasas de interés. También apoya el mercado la posibilidad de que se reduzca el precio del petróleo ruso.

Además, se redujeron en 12.6 millones de barriles los inventarios del crudo en Estados Unidos la semana pasada y, según el líder de la Agencia Internacional de Energía (AIE), Fatih Birol, se espera que la producción de petróleo ruso se reduzca en dos millones de barriles diarios a finales del primer trimestre de 2023.

Mientras el precio del petróleo sube, la cotización del dólar tiende a la baja. El jueves el barril del crudo Brent se cotizaba a US$88.95 y el precio del dólar estaba en $4.788.32.

Y, con base en los datos del DANE, en octubre el desempleo en Colombia bajó a 9.7%, una buena noticia, pero desafortunadamente, Cúcuta quedó con una cifra del 12%. Además, Cúcuta y el área metropolitana, se ubicó entre las cuatro ciudades con más informalidad en el país con un 66.8 por ciento.