El pasado miércoles se llevó a cabo una reunión entre los representantes de los gremios de la región, los Viceministros de Infraestructura César Peñaloza y de Transporte Andrés Chávez, con el propósito de revisar varios temas, entre los cuales el descachado decreto de internación vehicular, cuya aplicación dista de serios criterios jurídicos.

Es normal que cuando ocurre una situación de este tipo, los capitalinos envían la “infantería” para cubrir los gigantescos errores que usualmente suceden en contra de nuestra región. 

La diferencia radicó en las vagas explicaciones de la norma y en la ridícula posición de los funcionarios cuando uno de ellos anotó: “Nos preocupa que esta propuesta de internación la pidió la misma ciudad y hoy no compartan en su totalidad la nueva medida”.

Al respecto, considero que la preocupación es y será tanto de las autoridades como de los ciudadanos de la región, al escuchar tan destempladas declaraciones de personas que, en lugar de aceptar los yerros cometidos, quieren aparecer o hacernos creer que somos desagradecidos.

Pues de ninguna manera se debe aceptar semejante estupidez y por el contrario, los Congresistas de la región debieran citar al Ministro de Transporte a rendir explicaciones, en lugar de enviar dos fulanos con la misma cartilla de hace años, pensando que sus interlocutores eran discapacitados mentales y de ahí la salida en falso del viceministro Chávez.   

Definitivamente, con los funcionarios de la capital se deben levantar actas que detallen la participación de los asistentes, porque de lo contrario, seguirán en el mismo plan. 

Imagínense tan solo qué explicación le darán a su jefe cuando les pregunten sobre las conclusiones de sus mal gastados viáticos. 

Celebro la participación directa y franca de algunos de los asistentes, entre ellos, la doctora Gladys Navarro, representante de Fenalco, quien demostró de qué está hecha la mujer nortesantandereana, al aclarar que el decreto firmado por cuatro ministros, no es cuestión de semántica, sino de fina torpeza de los asesores jurídicos de los ministerios, que indujeron a la firma de tan craso error. 

En conclusión, los viceministros vinieron a viaticar, echaron el cuento de las obras de las cuales han cacareado desde hace años, y con respecto a la necesidad de modificar el decreto de internación vehicular, fueron realmente patéticos en sus intervenciones.