Increíble, que en pleno Siglo XXI, en materia de salud estemos tan atrasados en la ciudad. Los adelantos en infraestructura que se lograron luego del controvertido Paro del Nororiente, quedaron aislados en cuanto a la instalación de equipos modernos y a la contratación de médicos especialistas y técnicos capacitados.
Las áreas de neurocirugía y cardiología, siguen muy “crudas”, y según médicos y sindicalistas, la unidad de cuidados intensivos, simplemente es un remedo, de manera que los pacientes graves deberían remitirse a Bucaramanga y Cúcuta, como ocurría, pero ahora, son llevados a una clínica de San Juan del Cesar, en el departamento de La Guajira.
En plena temporada electoral, un candidato que quiere repetir gobernación, sin ninguna desfachatez, aseguró , que para lograr el respaldo de los votantes de la antigua provincia de Ocaña, mostraba como resultados de su gobierno la instalación de la UCI en el Hospital Emiro Quintero Cañizares, y que gracias a esa gran obra se había evitado el “paseo de la muerte” en esta región.
La lista de pacientes que son remitidos a la población guajira es bastante larga, y lo peor, es que muchos de ellos han regresado en cajas mortuorias, entre ellos, tres seres humanos muy apreciados, los artistas Magola Sánchez Páez y Henry Lemus Lanzziano, y Manuel Angarita Torres, hermano de un reconocido colega y amigo.
Aparte de que los argumentos son poco creíbles, para insistir en San Juan del Cesar, lo que ya raya en cinismo, es que después de varias remisiones, han descubierto que en la distante ciudad no existen los equipos necesarios , o los especialistas, como ocurrió con un empleado de la UFPSO.
El interrogante que se generaliza en nuestra sufrida y descuidada Ocaña, ¿qué tipo de interés prevalecerá para insistir en las remisiones a San Juan del Cesar? , ¿por qué razón no intentan con las clínicas u hospitales de Bucaramanga y Cúcuta?.
La situación de la salud local es tan precaria que las consultas con especialistas las ordenan con médicos de Aguachica, lo mismo que los exámenes especializados, pudiendo hacerse acá.
Para colmo de males, varias EPSs, como la Nueva, va de mal en peor, anteriormente tenía convenios con clínicas privadas, o directamente con los especialistas, actualmente, todos su afiliados deben dirigirse al hospital, de manera que hay que “competir” con los del régimen subsidiado, quienes desde las dos de la mañana hacen fila para apartar cupos.
Si hubieran candidatos serios para la gobernación de Norte de Santander y la alcaldía de Ocaña, pudiéramos ilusionarnos en un proyecto para que nuestro hospital alcanzara el tercer nivel de complejidad, de manera que muchos paisanos evitaran morir lejos de su terruño, como ocurre actualmente.
A propósito de campañas políticas y de promesas, ¿Qué ocurrió con el avión ambulancia, que decoló pocas veces del aeropuerto de Aguas Claras, y que se anunció como uno de los programas bandera del alcalde Sánchez Clavijo?