Alguien me preguntó por estos días tan mojados, qué autoridades ambientales serían las competentes para definir el orden de prioridades para iniciar el acotamiento de la ronda del río Pamplonita, conforme a la guía técnica para este efecto en Colombia.
Pues la respuesta está cantada por las normas del decreto 2445 de 2017: Corponor, la Gobernación de Norte de Santander y las alcaldías cuyas cuencas les riegan. Por ello proponía que la Gobernación, la gran intermediaria de los municipios, expidiera el estatuto.
Basta observar nuestras cuencas hídricas y establecer esa multiplicidad de poblaciones ribereñas. El río Sardinata baña desde sus afluentes, los altos de Villacaro, Lourdes, Bucarasica, Sardinata y Tibú alimentado por el Ríecito, el río Playonero y la quebrada de San Pablo. O la cuenca del río Algodonal cuya ordenación y manejo compromete a los municipios de Ábrego, Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, San Calixto y Teorama, sin contar algunos municipios del Cesar.
Todas nuestras cuencas tienen su agregado sociocultural en la medida que cada comunidad rivereña le va rodeando de sus costumbres locales, de sus necesidades y sus utilidades de subsistencia.
¿Por qué no hacer el Estatuto Departamental? Todas las cuencas, dentro de la generalidad del estatuto propuesto, deben estar contenidas. Un ejemplo a imitar, es el plan que se hizo para el Municipio de Medellín con su río, tal como lo mencioné en una columna anterior.
Ese plan contiene primordialmente la salvación y recuperación del río, con unas políticas complementarias. Por ejemplo, que en la acción de salvamento se ha generado una oportunidad de empleos, junto al mejoramiento de la calidad de vida, la rehabilitación social de la población excluida por las adicciones, que habían convertido sus riberas en un refugio y la defensa propiamente ambiental.
Un punto interesante para todos los candidatos a la Alcaldía del Municipio de Cúcuta, para el próximo periodo. La creación de ese establecimiento público de defensa del Pamplonita, sería el primer paso para ordenar la ronda del río, conforme a la ley.
Ellos en Medellín, crearon ocho programas específicos a realizar: Con una denominación coloquial de la jerga comunal. Los programas Parce, Vida, Alma, Paz, Amor, Salir y Padrino, para elevar la calidad de vida de los barrios ribereños.
El programa Parce, por ejemplo, que es de aseo y recuperación de la cuenca del Río Medellín, está dando trabajo directo a reinsertados, adictos, bandas juveniles en tregua o en pactos de paz, mujeres cabeza de familia, indigentes, grupos asociativos, juntas comunales, o juntas administradoras locales.
Para comenzar, ¿sabremos cuántos son los excluidos que se refugian en las riberas del río Pamplonita?
Adenda: El anterior es un tema importante, para el próximo gobernador.
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