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La masacre de los caballos
En todos los tiempos la innovación y la tecnología ha destruido y masacrado muchas artes y oficios.
Jueves, 28 de Octubre de 2021

En todos los tiempos la innovación y la tecnología ha destruido y masacrado muchas artes y oficios. Muy notoria esta tendencia a partir de la Ilustración francesa y the enligthmen inglés.  La imprenta arrasó con los calígrafos, los postas u hombres correos, conocidos en la antigua Roma como estatores y las casas de posta con el tren y luego la aviación y el automóvil al final del siglo XIX y comienzos del XX.

Entonces los caballos sobraban. Centenares de caballos que movían carruajes, coches y jinetes quedaron parados. Absolutamente inservibles, sin ninguna utilidad y no quedaba otro camino: abandonarlos o ajusticiarlos de manera inmisericorde. Más o menos lo que nos ocurrió en Latinoamérica cuando apareció el ferrocarril y utilizamos los caminos reales ampliados y rectificados y se introdujeron los vehículos a motor, entonces hubo que desaparecer mulas y caballos al montón. ¡Vaya masacre!

Hoy la masacre la originará la virtualidad que puso de moda la pandemia. Desde la casa trabajamos el triple, porque la alta dirección de todas las burocracias ordena laboreo sin horarios y sin piedad. Además, todo se automatiza y se mecaniza, hasta la voluntad y la dignidad. ¡Que vamos a hacer!  

Así a ojo de buen cubero, los diseñadores de talento humano, pronostican grandes masacres de artes y oficios. La Nación de Buenos Aires en estos días dijo que por lo menos 10 profesiones   si no desaparecen serán sustituidas. Entre otras, algunas fases de nuestra profesión de abogados. Efectivamente, la actividad asesora y conceptual, la información jurídica y hasta el análisis, será asumida por la llamada inteligencia artificial.

La Contaduría será remplazada por programas y plataformas sofisticadas, que borrarán del mapa profesional ese ejercicio. Solo quedaría lo conceptual y la creatividad.  Tantas esperanzas que nos viene dando la petroquímica y sin embargo se pronostica que los acuerdos ambientales disminuirán la producción y surgen nuevas fuentes energéticas más puras, que bajarán el empleo.

Algo inverosímil, pero ya está en la práctica, miles de vidas ya no están en manos de pilotos expertos, ya hay aerolíneas que utilizan con preferencia sistemas muy refinados y automatizados para la navegación aérea. Ya los drones manejan hasta la estrategia y las técnicas militares para evitar bajas en combates. La FAC ya es experta.

Los servicios policiales y nuestra seguridad, en la práctica ya están en manos de la tecnología. Des-de nuestro celular tenemos en tiempo real el control de la seguridad de nuestra casa y hasta de nuestras habitaciones. Está de moda la ciberseguridad, que ya tiene nombre en las aulas universitarias como profesión.

Desaparecerán los bibliotecarios por la digitalización hasta de textos extensos.

Sobrarán los mandos medios de la banca y hasta sus ejecutivos, el ejercicio artístico se está autolimitando por la cibernética y les llegó el turno a los árbitros de las actividades deportivas como el fútbol al que le llegó el VAR y acabará con el desahogo de los “boquisucios”.  Y a pesar de los “tumbes” de mercado libre, el oficio de los vendedores desaparecerá con la aparición del marketing digital. 

Adenda: Así se muere la telefonía fija, se murió la larga distancia; las empresas de servicios públicos escasamente subsisten merced a los mercados cautivos como los antiguos propietarios de las recuas de caballos desahuciados.

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