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La hora cero
Optar por una de las dos alternativas y que sea lo que Dios quiera.
Viernes, 17 de Junio de 2022

La definición en materia electoral para presidente de la República por los próximos cuatro años, llega a su fin este domingo 19 de junio.

De más de 20 precandidatos presidenciales, que, a decir verdad, no despertaron en la mayoría de la opinión pública ni pizca de entusiasmo, quedaron dos que a su vez producen miedo e incertidumbre.

Por un lado, con Petro, por sus antecedentes de terrorista, por haber sido Chavista, por su cercanía con el gobierno de Maduro, por prometer lo divino y humano para cazar incautos, por sus ínfulas de dictador y por el otro con Rodolfo H, lenguaraz, mentirosito, impulsivo, sin programa definido, solo el de combatir a los ladrones de cuello blanco, nos dejaron en una encrucijada.

Esto se lo debemos a los malos gobiernos y a los políticos que los acolitaron, que, en ningún momento, a pesar de las señales que los colombianos de a pie les enviaban, hicieron un examen de conciencia, contrición de corazón y propósito de enmienda. Siguieron con lo mismo, despilfarrando los recursos del Estado, protagonizando escandalosos hechos de corrupción…y pare de contar. Ahora no se rasguen las vestiduras, que ustedes son los únicos culpables de esta situación.

Así que, en estos momentos, valga recordar la célebre frase del tribuno del pueblo José Acevedo y Gómez: “Si dejáis perder estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta ocasión única y feliz, antes de doce horas seréis tratados como sediciosos; ved los grillos, los calabozos y las cadenas que os esperan.”

El voto en blanco que era una de mis opciones, quedó descartado teniendo en cuenta que no tiene ninguna significación, solo la simbólica. Así que, obligado por las circunstancias, es deber como ciudadanos de bien, optar por una de las dos alternativas y que sea lo que Dios quiera.

Vuelvo y repito, por las razones que esgrimí al comienzo de mi columna del señor Petro, por miedo, sumado a la mano de politiqueros cuestionados que rodean al candidato y que indica que nada puede cambiar, sino empeorar, como quedó demostrado con la publicación de los “Petrovídeos” en un todo vale y que se constituyó una nueva empresa criminal que planifica como acabar con los contrincantes de una manera no muy santa, bajo mi raciocinio, no puedo votar por esa opción.

Voy a votar por el ingeniero Rodolfo Hernández que se comprometió principalmente a reducir el despilfarro del Estado, acabar con un buen número de Altas Consejerías, reducir el gasto excesivo en las embajadas y Consulados, atacar la corrupción haciendo como Nuestro Señor Jesucristo, expulsar a los mercaderes del templo y algo no menos importante: es santandereano -nos iría bien, siempre tan olvidados- y se comprometió a entablar relaciones con el gobierno de Maduro para la apertura de la frontera. Con sólo eso que haga, me sentiría satisfecho y no habría necesidad, por el ahorro que significaría, hacer más reformas tributarias.

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