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La cooperación es diferente
La exclusión competitiva e irracional lo que ha generado es más desempleo
Jueves, 14 de Octubre de 2021

Hace casi un mes dije que la economía y la política habían cambiado, que habíamos pasado de querer más libertad, más igualdad y menos exclusión, al utilitarismo total y los individuos buscamos el interés personal. Pasamos del interés de la familia, de la tribu, de la nación, o cualquier tipo de agrupación social al del individuo y se nos vino un ataque desproporcionado a la dignidad de la naturaleza humana, fundamentado en irracionales forma de competitividad.

Un buen punto que las extremas están explotando en el mundo occidental, haciendo su agosto político con el denominado Nacional Populismo, que no es otra forma que el disfraz del poder dictatorial conquistado electoralmente. Tan peligroso o más, que los nacionalismos horrorosos del siglo pasado. 

Vuelvo sobre el tema porque hace un mes, como lo dije, la reacción de los contradictores de las extremas fue muy agresiva, con el pretexto de que mi posición, lo que justificaba era el continuismo de la corrupción y del régimen.

Nada más incierto. La exclusión competitiva e irracional lo que ha generado es más desempleo, agravada con el automatismo tecnológico y la estratificación del conocimiento. Como quiera que la primera consecuencia fue la destrucción de las conquistas de la dignidad, pues desaparece poco a poco, la solidaridad, la identificación de grupos y la fortaleza que se deriva de la unidad. 

La economía al fin y al cabo más fría, con este disfraz populista toma las preferencias personales con un tinte que agranda cada ego exitoso de utilidad, sin importar los fines. Fukuyama por allá da un ejemplo; “Un gerente de servicios públicos, busca una cobertura solo para producir utilidades de miles de millones dólares, desde el punto de vista relativo al éxito y lo es como el soldado que lanza una granada para salvar a sus compañeros”, ambos logran un grado de utilidad. En la práctica se pregunta el pensador norteamericano ¿los economistas suponen hoy, que la utilidad se basa en algún tipo de interés personal material que supere las motivaciones íntimas?

Esto era lo que quería significar, en mi columna que indicaba las equivocaciones de Bolsonaro en el Brasil, que cada día que pasa verifica sus desaciertos. Desaciertos que imitados en ambas extremas originan las marejadas de violencia que vienen del sur, y que nuestros vándalos copian al pie de la letra.

Y es que resulta absurdo, lo repito, que lo que nos parecía un acierto, la reducción del tamaño del Estado, la promoción del sector privado como factor de desarrollo humano, se utilice con el criterio de la utilidad personalísima, en la destrucción de sus logros.

Es un enfoque el de Francis Fukuyama, hasta ahora no desvirtuado que hice para rememorar a mis exalumnos y no para justificar la violencia como me atribuyeron por la red.

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