Mario Vélez Escobar mi profesor de Teoría Económica en Manizales, repetía: luego de un ciclo expansivo de la economía, vienen un ciclo contraccionista. En otros términos lo que nos ocurre a los colombianos en este momento, es que luego de un crecimiento mantenido que llegó al 6.4% y que hoy vemos reducido al 3.5% ; nos llegó la austeridad a la brava, agravada por el bajonazo del ingreso petrolero, que en plata blanca, significa la reducción en un 50% de las exportaciones.
No habrá mermelada de las regalías por su reducción y como el presupuesto de la nación de 2015, se descompensó por el ingreso petrolero y de las demás exportaciones, pues hay que aceptar que la gerencia municipal que vendrá, será de de “vacas flacas”. A rendir la pobreza derrotando la corrupción y a multiplicar la eficiencia.
Así que hay que realizar lo posible y derrotar los imposibles del populismo y la demagogia. De ahí la importancia de institucionalizar el Municipio de Cúcuta, porque realizada, es la única manera de inventariar nuestras miserias, privaciones y verdaderas posibilidades. Y con ellas, podremos trazar una Visión real al 2035 que nos deje solucionarlas al menos en un 70%. Eso, si es ser serios.
Si institucionalizamos la EIS. S.A. ESP. Buena parte de esa Visión es posible. Por ejemplo, si la volvemos una Sociedad fortalecida, podríamos realizar Cìnera al 2030, los embalses del pamplonita al 2025, posiblemente generaríamos alguna importante cuota de energía eléctrica, regularíamos el riego de unas 30.000 hectáreas con seguridad en estiaje y garantizaríamos agua potable para Cúcuta y venta en bloque a los municipios del área Metropolitana. Su patrimonio de Servicios Públicos de acueducto y alcantarillado, es de Cúcuta y no se lo vamos a donar a nadie.
El Gobernador que venga, debe limitarse en esta materia de servicios públicos, a lo señalado por la Constitución Política en su Artículo 367: Apoyar financieramente y coordinar y dejar de usurpar competencias, solo por lograr ejecutar una parte ínfima de la contratación para los amigotes.
Lo primero que hay que hacer con la EIS es lograr sanear su constitución que tiene unas falencias tan grandes como la catedral de Manizales, y luego sanear su transformación en sociedad anónima. El segundo paso, es reformar su composición accionaria. Hay que privatizar parte de esa composición accionaria, para que allí estén el Comité Intergremial y la actividad agroindustrial del área metropolitana, la constructora y una cuota mínima pero representativa del control social. Lo que no puede seguir, es la ridícula y politiquera razón, que los socios de la EIS sean La terminal de Transportes y el IMRD.
Si el sector privado y el control social a través de los pocos románticos veedores de Cúcuta, están en la Junta Directiva de la EIS, la volveremos poderosa, eficiente y empresarial. Con ella fortalecida podríamos canalizar toda la gestión y los recursos obtenidos a su capitalización y a la Visión que le vamos a trazar al 2025 y al 2035.
Y revisaremos el Contrato 030 de 2006 con Aguas K-pital, que a mí me cae bien por ser cucuteña, ajustándola a derecho, revisando su comportamiento accionario, sus variaciones, sus intromisiones extracontractuales, revisar la interventoría del contrato que nunca publica sus informes y es clandestina y costosa, negociaríamos la atención al público en sectores de la ciudad de fácil acceso, de atención cómoda, en lugar del gallinero destinado en el vetusto edificio San José y darle Gerente para una verdadera Empresa, que no será “pensionadero” para políticos en retiro. Vamos a administrar eficientemente la “contracción económica” de lo público.
Lo que no es serio es proponer demagógicamente crear el Banco de Cúcuta para suplantar el de la República y el Artículo 371 de La Constitución Política. O proponer regalarle dos pares de zapatos semestralmente, a los niños pobres de Cúcuta.