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¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!
Los  recuerdos de la infancia, la adolescencia y la juventud, se congestionan en  la  memoria y  el  alma.
Martes, 22 de Diciembre de 2015

Por encima de las  posiciones ideológicas que  tengamos y de  los  cambios que  hayamos asumido como  seres  humanos,  especialmente por  la  madurez que  nos  ha  dejado el  inexorable  paso  del tiempo,  la  proximidad de  noche  buena y año nuevo,  nos  llenan el  corazón  de nostalgias y  de  sensaciones indescriptibles.

Los  recuerdos de la infancia, la adolescencia y la juventud, se congestionan en  la  memoria y  el  alma. Por  supuesto que  ya  todo  es  diferente: lo vemos y sentimos  muy distinto. 

Sin embargo, todavía  nos conmovemos con  las  novenas  de  aguinaldo,  el  canto  de  villancicos y  el  reencuentro con los  seres  queridos que  retornaron para compartir tan especial temporada.

En las calles y otros lugares públicos,  los  abrazos son  comunes  entre familiares  y  amigos  que se  “topan”luego  de mucho tiempo de ausencia. En las  cafeterías del  centro de  la  ciudad,  es normal observar las  miradas sorpresivas y las manifestaciones de cariño entre quienes tienen muchos recuerdos en común.

La compra de colchonetas y ruanas se  ha  vuelto costumbre, para acoger  a  los  amigos  y  parientes que llegan a  celebrar el  24 y  31, y además, las “fábricas” de  pasteles   o  tamales no  dan  abasto para  cumplir con los  numerosos  pedidos.

De igual  forma, los  expendedores  de  carne  de  cerdo,  aumentan el sacrificio de  los  infortunados animales  para satisfacer la  demanda de  quienes  prefieren preparar el  insustituible alimento en  sus  casas.

Con  las  gallinas  criollas ocurre lo  mismo,  los  corrales de  las  huertas de  las  viviendas periféricas,  o  de  los  campos  cercanos, se  están  quedando vacíos, porque   los parranderos quieren  asegurar los  sancochos para  desenguayabar  el  25 de  diciembre y  el  primero  de  enero.

Los  degustadores  de pescado  bocachico o  bagre,  tendrán  que optar por la  compra  de mojarra roja, porque la  escasez se  nota  desde hace  varios  meses,  y  por  supuesto, porque  los  precios  están  por  las  nubes.

Si hay  problemas con los  alimentos tradicionales, seguramente generados por  el incómodo fenómeno  del  niño, los libadores del apetecido licor  extranjero,  el  whisky, tendrán  que  cambiar a  las  bebidas  embriagantes  nacionales  como   el  aguardiente y  el  ron, porque  el lío fronterizo  con  Venezuela, impide  el  contrabando  del  producto  etílico, y la  subida  “astronómica”   del  dólar hace imposible la  compra de  las  botellas  o  litros estampillados.

Con todos  los inconvenientes que  se  presentan, no  vamos  a  cambiar nuestra  característica  de  parranderos,  de  tal  manera, que con  escasez y  carestía,  disfrutaremos de  noche  buena  y  año  nuevo.

No obstante los  cambios meteorológicos  pronosticados, afortunadamente el  clima es  el  propio de diciembre, frío en  las  noches y  madrugadas. Lástima que  los niños  de  ahora no admiren las” pajitas del niño  Dios”, porque hay muy  pocos  cerros, y  que los  visitantes del  parque  29  de  Mayo no se  refresquen con  la  brisa  suave que bajaba desde  Pueblo Nuevo , porque  ya  no  tiene  por  donde  entrar.

Agregado: con pesar y  tristeza recibimos la  partida sin  retorno del gran  jurista, docente y  amigo Jairo  Alberto Claro  Ovallos. Su condición de  humanista  y  filántropo, le  aseguran su  eterno  descanso. Mi  solidaridad con  su  esposa,  hijos  y  hermanos

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