Todo parece indicar que nos encontramos en el momento de la cumbre histórica debido a las continuas operaciones volátiles económicas. La guerra en Ucrania y el temor de una posible recesión en Estados Unidos, cada día aumentan la preocupación universal.

Con el fin de tratar de detener la alta inflación que desde hace 20 años no se daba en Estados Unidos, la FED, ha subido la tasa de referencia a niveles históricos y se espera que esta acción se repita pues la Reserva Federal no descarta un alza de 75 puntos básicos en julio.

Esta acción de la FED ha fortalecido el dólar fuertemente a tal punto que el Euro, que durante veinte años ha sido la divisa más cercana al dólar en poder adquisitivo, está perdiendo terreno. En Colombia el peso ($), se ha convertido en una de las monedas más devaluadas frente a la divisa americana a tal punto que el jueves cerró a $3.380.98. Este comportamiento en los últimos cuatro días ha roto los máximos históricos. En el último mes casi se ha devaluado un 15 por ciento.

En el ámbito nacional entre las causas de la baja del poder adquisitivo del peso está la caída del precio internacional del petróleo, por el alto porcentaje que representa en el nivel de las exportaciones (42%). Entren el martes y miércoles el pecio del barril del petróleo Brent bajó de 113 dólares a 99.80 dólares y el jueves subió a 105.33 dólares. Esta volatilidad se da por el temor a una recesión mundial, que cada día cobra más fuerza.

Desde el 21 de junio, tras la segunda vuelta presidencial, ganada por Petro, ante la incertidumbre por las medidas fiscales del próximo gobierno, se ha mantenido esta baja de la divisa colombiana.

Otro récord histórico ha sido el crecimiento de la inflación, tanto a nivel nacional como mundial. A nivel nacional el índice de precios al consumidor en junio alcanzó el 9.67 % anual, el 0.55 % mensual y en lo corrido del año un acumulado de 7.09 %. Según el director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), Juan Daniel Oviedo, es muy probable que en julio la inflación sea de dos dígitos.   

Sin embargo, en esta larga lista de dificultades económicas, vale la pena destacar una dosis de positivismo, como el crecimiento de 53.1% de las exportaciones entre enero y mayo, al llegar a US$22.982 millones. La tasa de desempleo bajó de 14.6% en enero a 10.6% en mayo y el PIB creció en el primer trimestre 8.5%, por encima de lo esperado.

La expectativa de crecimiento del PIB para el 2022 es de 6.1%, según OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).

¿Hasta cuándo tanta incertidumbre?