Recién empezó este 2017, y no obstante que en la ciudad no tenemos la calma suficiente para hacer proyecciones para el nuevo año, porque siguen las fiestas de carnaval, hay que empezar desde ya a planear la conmemoración de los 450 años de fundación de nuestra amada patria chica.
En distintos plazos, hay que priorizar las obras que complementen o armonicen el crecimiento urbanístico, que entre otras cosas, contrasta con la preservación del patrimonio arquitectónico colonial.
También es hora de que empecemos a cambiar el lema dañino del “Otro Planeta”, para que comencemos desde la primaria y reforzado con los medios de comunicación locales, a sembrar el mensaje de autoestima ciudadano, que nos permita querer y cuidar a nuestro terruño, a través de un programa de cultura ciudadana, que debe ser implementado por la Secretaría Municipal de Educación y Cultura.
En cuanto al crecimiento institucional, hay varias metas que se deben emprender desde ya , para que el tiempo no nos sorprenda: intentar el tercer nivel del hospital regional Emiro Quintero Cañizares, para ponerle fin al denominado” paseo de la muerte” , que ha dejado muchos pacientes fallecidos, antes de llegar a San Juan del Cesar(Guajira), Cúcuta y Bucaramanga.
El capital político que explotan los candidatos cucuteños al Congreso, debería utilizarse para comprometerlos con la noble causa, lo mismo que para evitar que el presupuesto de la seccional de la UFPS se sume a la sede central de la capital del departamento, y ahora que pensamos en la reivindicación social de la zona del Catatumbo, de la cual oficiamos como su entrada, que bueno que intentáramos nuevamente con una universidad autónoma y con el nombre de la inmensa reserva forestal y minera.
En el corto plazo, además, hay que esperar que culminen los trabajos de la Ruta del Sol, para que la carretera que nos comunica con el sur del departamento del Cesar, y el resto del territorio costeño y del centro del país, sea más cómoda, segura y rápida.
Esta obra será fundamental para aprovechar la posible inauguración del aeropuerto Hacaritama, en jurisdicción del municipio de Aguachica, terminal aéreo de carácter nacional, que nos permitirá viajar hacia las principales ciudades del país y hasta hacer conexiones para traspasar las fronteras de Colombia.
Para evitar que las montañas que nos rodean sigan siendo devoradas por las máquinas, los concejales no deberían aceptar la manipulación de los planes de desarrollo, y que las entidades que deberían propender por su protección, como Corponor y las secretarías municipales competentes , actúen .
El precio que pagaremos será demasiado alto, con la destrucción total de las fuentes hídricas que alimentan a los ríos Algodonal y Tejo, los que surten a las dos plantas de tratamiento del sistema de acueducto local.
Para este vital proyecto, será fundamental pensar en algunas alianzas estratégicas con el municipio de Ábrego, donde nace el Río Catatumbo.
Con un programa vial adecuado e incentivos atractivos para los campesinos, se podría explotar una vasta zona agrícola, por qué no, con fábricas de alimentos en la ciudad.
Aún con la reseca o guayabo de las fiestas decembrinas y con las que se derivarán de los carnavales que hoy se inician, desde ya hay que comenzar a pensar en grande para nuestra querida Ocaña.