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Colombia despierta
En Cúcuta hace rato que esperamos el cambio de la flota de buses y microbuses que prestan el servicio público colectivo por un parque automotor que funcione con gas natural.
Martes, 28 de Mayo de 2019

Boyacá dio el primer paso y tomó el liderazgo a nivel nacional para cerrar el paso al asbesto, un grupo de minerales que se utiliza como material aislante en la construcción de edificaciones y la fabricación de automóviles, tejas para el techo, losas para el piso, cemento y otros cientos de productos, y que según investigaciones científicas de rigor, está relacionado con la aparición de ciertos tipos de cáncer. En la Unión Europea la prohibición del uso del asbesto se fijó desde 2005, mientras que en Colombia, 14 años después, seguimos dudando y dando el debate sobre su peligrosidad. 

El departamento de Boyacá se le adelantó al país y es algo que hay que celebrar. Arauca, por su parte, comenzó la carrera contra las bolsas plásticas y mediante pedagogía e incentivos para las empresas e instituciones educativas, busca reducir el uso de estas y así evitar seguir contaminando el planeta con un material que no se degrada y que además se produce a gran escala a nivel mundial. 

A ambos departamentos y sus gobernantes hay que elogiarlos y agradecerles por mostrarle al resto de las entidades territoriales que la transformación hacia una Colombia mejor no es a través de grandes presupuestos ni millonarias concesiones, sino a través de gestión y voluntad política contundente. 

En Norte de Santander seguimos esperando que los gobernantes se animen a hacer algo frente a los niveles de contaminación del aire debido a las emisiones de material particulado y el aumento en las concentraciones de carbono, óxidos de azufre y de nitrógeno, los cuales no sólo deterioran la calidad del aire, sino que afectan la salud humana. Seguimos esperando regulaciones y sanciones estrictas para la minería (carbón, arcilla, caliza) del departamento; seguimos esperando acciones de descontaminación de nuestro afluente primario (el Río Pamplonita), pero la espera parece estéril. 

En Cúcuta hace rato que esperamos el cambio de la flota de buses y microbuses que prestan el servicio público colectivo por un parque automotor que funcione con gas natural y cumpla con los estándares de cero emisiones que ya se están exigiendo a nivel nacional (Medellín) e internacional. 

Sorprende que la única gestión que se hace, tanto a nivel municipal, como departamental, sea la que termina en contratos, licitaciones y otros tantos negocios que nada tienen que ver con el bienestar de la ciudadanía y la proyección de los municipios hacia el futuro. Y digo sorprende sólo de manera sarcástica, ya que tanto en Cúcuta como en Norte de Santander ya estamos acostumbrados a los servidores públicos que hacen todo menos servir a la ciudadanía. 

Por ahora nos queda el consuelo de que hay otros departamentos con líderes que sí están dispuestos a cambiar el panorama, a dar un paso que otros no han querido dar (por negligencia o por conveniencia), y que son los que están logrando que Colombia despierte. Ojalá los futuros gobernantes (a quienes elegiremos el próximo 27 de octubre) se unan a esta tendencia y demuestren la voluntad política de trabajar por el medio ambiente y la biodiversidad. 

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