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Coalición de la Esperanza
Completamos diez días de grave conflicto social en las calles, con un triste y doloroso balance en pérdida de vidas, especialmente de nuestros jóvenes que sin oportunidades de educación y trabajo se volcaron en forma masiva a las calles.
Domingo, 9 de Mayo de 2021

Desde el pasado miércoles 28 de abril Colombia vive la protesta ciudadana más grande en muchas décadas. Explotó la indignación y el malestar social acumulado por años, que se agravó por el pésimo manejo del gobierno Duque a las marchas de noviembre del 2019 y el devastador impacto del coronavirus en los ingresos de los pobres y la clase media. Retrocedimos más de una década y millones de compatriotas cayeron nuevamente en niveles de pobreza. Además, el gobierno reaccionó tarde a los efectos de la pandemia en el empleo y el ingreso de los hogares más afectados. Fue tacaño y demorado con los programas sociales. 

Completamos diez días de grave conflicto social en las calles, con un triste y doloroso balance en pérdida de vidas, especialmente de nuestros jóvenes que sin oportunidades de educación y trabajo se volcaron en forma masiva a las calles para expresar su descontento. La cifra oficial de fallecidos ni siquiera se conoce, pero no son menos de 31 las personas que hasta ahora murieron en las manifestaciones. Totalmente inaceptable y sin antecedentes, tal vez desde el paro de 1977. Una verdadera tragedia en una nación que con el Acuerdo de Paz había recuperado el significado del valor de la vida. Ante este momento muy difícil para el país, la Coalición de la Esperanza, que desde hace más de un año construimos con el Partido Alianza Verde, Sergio Fajardo, Humberto de la Calle, Ángela María Robledo, Juan Manuel Galán y Jorge Enrique Robledo, decidió atender una invitación del presidente Duque para dialogar sobre la crítica coyuntura del país. Estamos en la oposición a este gobierno, pero consideramos que en estos momentos nuestro deber, sin abandonar nuestras diferencias políticas, es contribuir a encontrar salidas y no echar más leña en la hoguera de la polarización nacional. 

Aquí apartes de la declaración que explica nuestra decisión y la posición frente al gobierno y la crisis: “La Coalición de la Esperanza decidió aceptar la invitación con el exclusivo ánimo de colaborar con la solución de la actual crisis, sin antecedentes contemporáneos. En esta actitud no hay cálculo político, ni interés distinto a contribuir al desarrollo de un amplio diálogo. Atendemos así el reclamo angustiado de muchas personas. También sabemos que otros manifestarán descontento por esta decisión... esta actitud se limita a la cooperación exclusiva frente a las dificultades actuales, sin renunciar a nuestra idea de buscar un cambio de rumbo para Colombia, en especial a favor de nuestros jóvenes. Hemos sido y seguiremos siendo opositores al gobierno del presidente Iván Duque, lo cual no impide que pidamos unidad de los colombianos en esta emergencia”.

“Insistimos en reclamar del presidente un diálogo genuino, concreto y eficaz con el Comité Nacional del Paro. ..debe ser con este Comité con el que se tramiten las peticiones del paro. .. “Condenamos de manera vigorosa los excesos de las fuerza pública. Hemos visto escenas de descontrol que deben ser castigadas. También son inaceptables las agresiones a la fuerza pública, así como los excesos en el derecho a la protesta que han causado afectaciones a amplios sectores de la población...“. “Se necesitan altas dosis de solidaridad y empatía. Todos sufrimos en este momento. Debemos aunar este sufrimiento para que podamos resolver mediante el diálogo, las situaciones de injusticia social y desespero que hoy existen”. 

Esa es la posición. El presidente debe sentarse YA a negociar con el comité del paro y bajar las tensiones en las calles. Cada día que pasa la situación es más grave. Se corre el peligro de más muertes de jóvenes y en algunas ciudades la gente sufre por los bloqueos. Deben abrirse ya corredores humanitarios para propósitos de salud y alimentarios. Es urgente comenzar el diálogo y parar la violencia. Duque debe dar el primer paso, sin soberbia, con humildad y voluntad política. 
 

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