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Suicidios en Colombia alcanzaron su pico en 2021
Medicina Legal registró 2.350 suicidios a noviembre del año pasado. Así se puede trabajar para evitarlos.
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Colprensa
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Domingo, 9 de Enero de 2022

El año 2021 marcó el pico de suicidios de los últimos diez años en Colombia, con 2.350 víctimas, según lo revelan cifras preliminares de Medicina Legal con corte a noviembre. Los números muestran que por cada diez homicidios en ese periodo, ocurrieron dos suicidios.


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Estos números esconden las historias de 1.903 hombres y 447 mujeres, entre los cuales se cuentan 255 menores. Hasta ese mes, dicha causa de muerte había afectado a 335 entre 20 y 24 años, siendo el rango de edad en el que más casos se presentaron.

La mayoría, 272, eran hombres. En medio de la investigación, se buscó a familias que hubieran perdido a un ser querido por esa causa en el último año, pero sus casos son tan dolorosos que prefieren guardarlos en la privacidad y en la memoria.

Los motivos para este fenómeno –más recurrente en Antioquia con 365 casos; Bogotá con 311 y Valle con 193– no pueden simplificarse. Lo que es claro para las autoridades en salud, es que, al menos normalmente, el suicidio está antecedido por una enfermedad psiquiátrica de base que padece quien lo comete.

Según la Encuesta Nacional de Salud Mental, la tentativa de suicidio y el suicidio en menores de edad son la consecuencia más grave de la depresión. Entre otros, los desencadenantes pueden ser peleas con los papás, el suicidio de terceros, la discriminación por identidad de género, entre otros.

En cuanto a los adultos se cuentan factores como ser mayores de 45 años, la impulsividad, la viudez, vivir solo, estar desempleado, jubilado, los antecedentes familiares de suicidio y tener armas de fuego en casa.

Aunque en 2020 se habló de una reducción de las tasas de suicidio en el país (2.142 entre enero y noviembre), las hipótesis del Instituto Nacional de Salud apuntan a que se debió a un menor acceso a medios letales, más control social, mayor acceso a otros “mecanismos de regulación emocional” como las sustancias psicoactivas o a que los servicios de urgencias hayan notificado con menor frecuencia.

De cualquier forma, los números volvieron a crecer el año pasado, continuando con la tendencia que desde 2009 viene en aumento.

 

Señales y abordajes

Las alteraciones emocionales, el abuso de alcohol u otras sustancias, el aislamiento social, las expresiones de desesperanza, las autolesiones y otros comportamientos son signos de alarma para los seres queridos de quienes están en riesgo.


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Para el psiquiatra y profesor de la Universidad del Rosario, Rodrigo Córdoba, es fundamental insistir en que el suicidio es un síntoma de una enfermedad mental de base, en casi todos los casos. Por ese motivo, requiere ser tratada con antelación para prevenir la tragedia.

Por eso, resalta que una de las formas más importantes de lograr la reducción de esas muertes es acabar con el estigma en torno a los trastornos de salud mental y poderlos atender como es debido.

Justamente, la psiquiatra Olga Albornoz considera que hay que “dejar de temerle a la salud mental”, y que si un adulto siente que no está bien, debe buscar ayuda de profesionales en la materia. De la misma manera tiene que ocurrir con los niños y niñas, cuando sus papás o cuidadores noten que requieren apoyo psicológico o psiquiátrico.

En ese sentido, la experta es enfática en la eficacia de la medicina psiquiátrica y en que se debe desmitificar su uso en pacientes con trastornos mentales, siempre bajo supervisión profesional y evitando automedicarse: “Si un médico le dice a un paciente con cáncer que tiene que hacer quimioterapia, la hace. Es lo mismo con un trastorno mental, la medicación que hay ahora, que es excelente, acorta los procesos de depresión y hace que la persona se reintegre a la vida cotidiana mucho más rápidamente”.

Trabajar en la salud mental es crucial para evitar llegar a escenarios más complicados como los del suicidio. Por eso, actividades simples como comer en familia en la mesa del comedor, hacer actividades al aire libre, ejercitarse, poner límites y establecer jerarquías familiares, son algunas de las recomendaciones de Albornoz para promover la salud mental en los hogares.

 

Los esfuerzos del Gobierno

Por su parte, el Ministerio de Salud ha hecho énfasis en la gravedad de este flagelo y en la necesidad de prevenirlo. Con un Conpes de Salud Mental por $1,1 billones aprobados para invertir hasta 2023, el Gobierno pretende mejorar la implementación de la política de salud mental, pues existen problemas de articulación a nivel nacional y territorial, especialmente en materia de suicidio.


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En esa misma línea y respondiendo al incremento progresivo en las cifras año a año a pesar de los esfuerzos de este y el anterior Gobierno, la cartera lanzó recientemente una estrategia para prevenir la conducta suicida.

El objetivo de la iniciativa lanzada el año pasado es trabajar de manera intersectorial y con intervenciones locales –dependiendo de cada contexto–, para reducir la incidencia de casos. De esta forma, el Gobierno busca prevenir los factores de riesgo de suicidio, como el consumo de sustancias; aumentar y mejorar el tratamiento de los trastornos mentales y trabajar en la restricción de elementos potencialmente letales.

“La pandemia y sus repercusiones económicas, sociales y relacionales, además de generar empeoramiento de trastornos mentales existentes, ha incrementado el riesgo de depresión, ansiedad y estrés postraumático –todos asociados a un mayor riesgo de suicidio–, especialmente para las personas en duelo”, dijo el ministro de Salud, Fernando Ruiz, cuando lanzó la estrategia de prevención. Y agregó que “es probable que las consecuencias para la salud mental estén presentes durante más tiempo y alcancen su punto máximo más tarde que la pandemia real”.

A pesar de lo anterior, hay presupuesto y formas de evitar y prevenir los suicidios, pero no es una tarea únicamente gubernamental. La sociedad puede y debe aportar en desestigmatizar la salud mental y así, en buscar ayuda cuando sea necesario.

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