Protesta de maestros contra el gobierno del presidente de Chile, Sebastián Piñera, frente al palacio presidencial. Foto: AFP
Proyecto minero y portuario
El presidente asegura que no tuvo conocimiento de la venta de Minera Dominga porque puso sus activos bajo fideicomisos ciegos en 2009. Además, sostuvo que este tema es una "cosa juzgada", pues estos hechos "fueron investigados en profundidad" por la Fiscalía y sobreseídos por los tribunales en 2017.
Sin embargo, la Fiscalía aclaró el viernes que no hay "cosa juzgada" porque esta venta no estuvo "expresamente" incluida en esa causa.
El proyecto minero, aprobado por un tribunal regional pero pendiente de recursos por la Corte Suprema, incluye la explotación de dos minas a cielo abierto -de hierro y de cobre- en el desierto de Atacama, en la región de Coquimbo, a 500 km al norte de Santiago.
También contempla la construcción de un puerto de carga de minerales cerca de un archipiélago donde existe una reserva nacional que contiene el 80% de la especie pingüinos de Humboldt, además de otras especies protegidas.
Durante su primer mandato, Piñera anunció la cancelación de la construcción de la termoeléctrica Barrancones, perteneciente a la firma franco-belga Suez, que iba a instalarse cerca de Minera Dominga.
Después de cancelar ese proyecto, Piñera no volvió a manifestarse sobre la protección de esa zona que su antecesora, la socialista Michelle Bachelet, trabajó para convertir en Parque Nacional y evitar así cualquier actividad que la amenazase.
Contra las cuerdas
Piñera, de 71 años, seguirá en su cargo mientras avanza el proceso en el Congreso.
Una vez presentada la acusación, la Cámara Baja conformó por sorteo una comisión investigadora de cinco miembros, que preparará un informe recomendando o desestimando el pedido de destitución. Piñera puede presentar sus descargos en forma presencial o escrita.
El grupo quedó integrado por dos diputados oficialistas y tres opositores, entre éstos la socialista Maya Fernández, nieta del expresidente Salvador Allende (1970-1973).
Independientemente del dictamen de la comisión, la causa deberá ser debatida y votada por el plenario de la Cámara de Diputados, donde la oposición tiene mayoría holgada (83 de los 155 escaños).
Si la Cámara Baja da luz verde, la causa pasará al Senado, donde la correlación de fuerzas es más estrecha y se requieren dos tercios de los votos para destituir al presidente.
A fines de 2019, Piñera ya sufrió un intento de acusación por la violenta represión de las masivas manifestaciones contra la desigualdad, pero la iniciativa no prosperó.
Piñera es el segundo presidente chileno que encara un proceso de destitución. El anterior fue Carlos Ibáñez del Campo en 1956, pero la causa fue desestimada.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion