La proposición, que es uno de los recursos que tienen los congresistas colombianos para dejar constancia de sus posiciones y que no siempre es vinculante, esta semana en el Senado de la República tuvo un protagonismo especial, al punto que suscitó una controversia a nivel internacional.
Se trató de la proposición que radicaron los senadores opositores de la Alianza Verde, Yezid García y Jorge Guevara, en la cual pedían al gobierno del presidente Iván Duque procediera a recomponer las relaciones diplomáticas con Venezuela. Además, se solicitaba a los presidentes del Congreso de Colombia y a la Asamblea de Venezuela la creación de una comisión bilateral y trabajar en la normalización de relaciones diplomáticas.
Aunque la misma parecía ser una proposición más de las que en cada plenaria se tramitan, a la postre fue aprobada, y al rato empezó a suscitar una controversia que ni sus autores creyeron que la misma iba a generar.
La proposición de inmediato alertó a las agencias de noticias internacionales, al punto que el régimen de Nicolás Maduro se pronunciara. Maduro incluso acogió la misma y sostuvo que “le damos una aplauso a esta iniciativa tomada por el Poder Legislativo de Colombia".
Aunque el presidente del Senado, Juan Diego Gómez, envió una nota a la Asamblea de Venezuela en ese sentido, tuvo que salir a precisar que en la misma proposición y comunicación no se estaba sustituyendo la función del presidente de la República, de manejar las relaciones internacionales.
Según Gómez, “debo informar a los ciudadanos que la proposición aprobada en el Senado, de ninguna manera sustituye las facultades constitucionales del manejo de la relaciones internacionales en cabeza del presidente Iván Duque, quien ha sido categórico en afirmar que el Estado colombiano no reconoce el gobierno de Nicolás Maduro”.
Para Gómez, “cualquier avance en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas es facultad exclusiva del Presidente de la República a través de la Cancillería. Pensar que se puede reconocer o desconocer desde el Congreso de Colombia un gobierno, es un enorme error”.
Pero la precisión de Juan Diego Gómez llegó luego de que el presidente Iván Duque, se refirió en líneas generales sobre el tema, al decir que mientras que siga Maduro en su gobierno no se restablecerá la relación.
“Nosotros no vamos a claudicar en la defensa de la carta democrática, ni en los valores en los cuales creemos. Mientras yo sea el presidente de Colombia no vamos a reconocer (a Nicolás Maduro), reconocerlo sería una claudicación en los valores que ha defendido históricamente nuestro país; sería una claudicación frente a la miseria que ha tenido que vivir el pueblo venezolano por cuenta del oprobio”, precisó el mandatario cuando recibió al secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken.
Hablan los proponentes
Los dos senadores de los verdes que armaron el agite internacional sobre la relación colombo venezolana igualmente se pronunciaron. Por un lado, el senador Jorge Guevara indicó que “lo que viene ahora es que el presidente del Senado nombre la comisión y luego de ello que trabajemos de manera conjunta con el Ministerio de Relaciones Exteriores en esa perspectiva”.
El senador Yezid García, recién llegado al Congreso, manifestó que con la proposición “no se trata de suplantar las funciones del presidente. El espíritu de la proposición es interpretar la situación y el sentimiento de los colombianos que están en la frontera, de los pequeños y medianos industriales que perdieron un mercado, de las dificultades que tenemos por no tener ningún contacto con una nación hermana”.
La bancada del partido de gobierno, Centro Democrático, aunque en su momento aprobó la proposición, salió a defender la autonomía que tiene el ejecutivo de manejar las relaciones internacionales y aseguraron que el partido “respalda la política del presidente Iván Duque frente a Venezuela, enmarcada en la solidaridad con los migrantes y la firmeza frente a la narcodictadura que usurpa el poder y que da apoyo, albergue y financiación a estructuras criminales como el Eln y las Farc”.
En ese sentido se pronunció el senador uribista John Harold Suárez, quien sostuvo que “la reactivación económica con Venezuela es necesaria, pero eso no nos puede alejar de nuestros principios democráticos, no podemos tener relación con un gobierno tirano como el de Nicolás Maduro”.
Pero mientras la proposición del Senado armó esa polémica, en la Cámara de Representantes, el oficialismo del gobierno intentó reversar lo hecho por el Senado y buscó al representante del gobierno interino de Juan Guidó en Venezuela.
La presidente de la Cámara, la uribista Jennifer Arias, tuvo un encuentro con el delegado de Juan Guaidó en Colombia, Eduardo Battistini, y aseguró que el Congreso colombiano no puede reconocer tampoco a la Asamblea Nacional, porque es igual de ilegal que el gobierno de Maduro.
“El gobierno ha sido muy claro en su posición ante la narcodictadura, no acepta esa narcodictadura como gobierno legítimo de Venezuela y, adicionalmente, reconoce al Gobierno Interino del Presidente Guaidó y lo que representa la lucha por llevar ese mensaje por el mundo, porque no es solo que Colombia lo reconozca, sino que el mundo también lo haga... tampoco podemos reconocer a la Asamblea Nacional ilegítima de Venezuela, debemos ser enfáticos, porque no puede ser que la narcodictadura sea ilegal, pero esa Asamblea Nacional no lo sea, las dos son ilegales”, indicó.
Como era de esperarse también terció en la polémica la canciller y vicepresidente de la República, Marta Lucía Ramírez, quien sostuvo que “es totalmente inaceptable. Ya el presidente Iván Duque contestó con toda la claridad que la política Internacional del país, tal como lo dispone la Constitución colombiana, la dirige el jefe del Estado y se ejecuta a través de la Cancillería. Es totalmente inaceptable que una célula legislativa pretenda dar un reconocimiento a una entidad de otro país que no cuenta con el reconocimiento a nivel internacional”.
Para el analista Fernando Sanín, “lo que pasó está semana con el temas de las relaciones con Colombia y Venezuela fue una 'jugadita' que se tramó desde la oposición, la cual quiso aprovechar que esta semana en el país no sólo estaba el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, sino que también hicieron presencia en la capital los cancilleres de la región, en donde el tema de Venezuela era uno de los temas que se discutiría”.
También desde la academia, el analista Mauricio Jaramillo manifestó que el gobierno Duque es incoherente frente a lo que pretende hacer con las relaciones internacionales, porque en su criterio rechaza a Maduro porque que entre otras ha violado los derechos humanos, pero sí mantiene una renovada relación con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Precisó Jaramillo que de todas formas el Presidente de la República es el único que puede dirigir las relaciones diplomáticas del país.
La polémica política de la semana se armó y ya pasó, pero quedó en el ambiente que la oposición le metió un gol más al gobierno que por el descuido de sus senadores amigos dejaron pasar una proposición que no sólo quedó en la Gaceta del Congreso como pasa con la mayoría.
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