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Colombia
Así serán los últimos 7 días de Duque en la Casa de Nariño
Entre sus prioridades está la entrega de obras.
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Colprensa
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Lunes, 1 de Agosto de 2022

Iván Duque siempre carga consigo una libreta o un computador para tomar apuntes en los momentos de relativo descanso, como antes de hacer una siesta en medio de un vuelo de Bogotá a las regiones o en el entretiempo de una visita a alguno de los 1.103 municipios de Colombia.

Por estos días en los que el abogado de 46 años se despide de la Casa de Nariño ese hábito se hizo más necesario porque aprovecha esos espacios para escribir sus últimos discursos de cara al 7 de agosto, cuando dejará la Presidencia para transmitir el mando a Gustavo Petro.


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Duque escribe en su despacho o en el asiento del avión, no prepara una disertación entera, sino unas líneas guía de los puntos que quiere resaltar; otras veces sus asesores le entregan esas bullets y con los números, datos y sucesos clave de su gobierno va hilando una línea para recitar su balance.

Ideas como que “los hechos son más estruendosos que cualquier cartel, grito, algarabía o grosería”, una frase que pronunció después de las pullas que recibió durante su último discurso ante el Congreso, resultaron de esos momentos de silencio con una libreta y una pluma en el avión presidencial.

En esos mismos espacios trabaja en la carta que prometió dejarle a los colombianos al terminar su mandato de la que su equipo poco da detalles. De esa misiva se sabe que llegaría este 7 de agosto, después de las 4 de la tarde cuando –como él lo mencionó– recupere su condición de ciudadano.


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Son cuatro las personas que lo acompañan en cada hora que le queda en la Casa de Nariño. Ana María Palau, la consejera presidencial para las regiones; Soraya Yanine, la consejera de información; el director del Dapre, Víctor Muñoz; y la jefa de gabinete, María Paula Correa.

Su agenda se define sobre la marcha, como el viaje a Medellín de este sábado para el que solo se concretó el cronograma hasta el viernes en la noche.

Con las horas contadas en el poder y 32 departamentos por visitar, lo que sí tiene claro el mandatario es que su prioridad es la entrega de obras, que se traduce en esa oración que tanto ha recitado de “concluir, concluir y concluir”, una frase de cuatro palabras que rememora el “trabajar, trabajar y trabajar” de su padrino político Álvaro Uribe.


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Para estos siete días Duque, en palabras de uno de sus colaboradores más cercanos, “se va a dedicar a inaugurar e inaugurar” y proyecta que se corta el listón de cuatro obras más, aparte de las que ya entregó esta semana, como la entrega 26 kilómetros de vías pavimentadas para terminar la construcción de la Transversal Momposina.

El mandatario alista para esta semana entregas en las regiones de vías de Cuarta Generación, de obras de energía y acueducto y una posible visita a Providencia, mientras en Bogotá prepara sesiones con los cuerpos diplomáticos, los equipos de seguridad y los colaboradores de la Casa de Nariño a quienes les sacó un espacio en su libreta para agradecerles por el trabajo de estos cuatro años.

Ni su equipo ni el de Gustavo Petro dejan ver la posibilidad de que los dos ejecutivos se vuelvan a reunir antes del momento de la transmisión del mando presidencial, dejando así todos los pendientes en las delegaciones del empalme. Estas ya terminaron sus reuniones, pero están prestos a volverse a encontrar en la medida que se den nuevos nombramientos por parte del mandatario electo.

La recta final de su estadía en la Casa de Nariño ha estado marcada por pullas a su sucesor, al régimen de Nicolás Maduro y a las bandas delincuenciales que él enfrentó, pero con las que Petro ahora quiere sentarse a dialogar. Incluso, el mandatario le pidió a las Fuerzas Armadas “salvaguardar la democracia y preservar las instituciones”.

A Iván Duque se le escuchó con la voz ronca y tosidos en sus últimas intervenciones. A pesar de los síntomas de una garganta seca tras los discursos y más discursos, quienes trabajan junto a él afirman que “no está agotado, sino vehemente”.

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