Jueves, 26 de Febrero de 2015
~
El Centro de Atención Integral a la Familia (Ciaf) no tiene coordinadora ni bombillos. “Este sitio está completamente abandonado. Dejó de cumplir su fin hace rato”, expresó Nelson Rojas, presidente de junta.~
El silencio reina en el Centro de Atención Integral a la Familia (Ciaf) de Niña Ceci. La mayor afluencia de público se da a las 6 am, por una de los 40 fichas de turno para actualización del Sisbén, pero cómo aún no han abierta esta oficina permanece casi vacía.
Los estudiantes de modistería del Sena, y de análisis y desarrollo de sistemas, y los de cursos de belleza del Centro Tecnológico, son los únicos que entran y salen todo el día. El comedor escolar, y la biblioteca, permanecen cerradas.
La vigilante de turno cuida una estructura semivacía, mientras les dice a los visitantes ocasionales que la oficina del Sisbén está cerrada porque aún no han hecho contrataciones.
En el Ciaf no tienen coordinadora ni bombillos. El presidente de la junta se da una vuelta por el lugar para revisar que todo esté en orden, y en el aula los estudiantes reúnen para poder iluminar su salón.
“Este sitio está completamente abandonado. Dejó de cumplir su fin hace rato”, dice Nelson Rojas, presidente de junta, al evocar la época en la que la comunidad tenía a cargo el Ciaf y había sala de informática propia, y cursos de relojería y panadería.
“Este sitio se está perdiendo. Acá solo tenemos acceso a la oficina comunal, y para un permiso para prestar el salón principal es todo un lío”, dijo Rojas.
Los únicos que tienen un espacio ganado en el Ciaf son los adultos mayores. Desde hace más de una década se reúnen una vez al mes en este espacio.
Paradójicamente, la estructura se construyó con el fin de brindarles oportunidades de capacitación y espacios a los más jóvenes, y los viejos fueron quienes le sacaron mayor provecho.
Próxima a cumplir 23 años, la estructura construida con mano de obra comunal y recursos del estado, no supera los 200 visitantes al mes.
Aspiran a subir el promedio de visitantes este el mes entrante con la implementación de un curso de albañilería con el Sena.
“Este sitio es indispensable para la capacitación de la comunidad. Le exigimos al alcalde poner sus ojos en esta obra y no dejarla acabar”, dijo Neila Rolón, vecina del sector.
Al otro extremo de la ciudad, en la comuna 3, en La Libertad, el Ciaf llegó a su primera década, y a diferencia del de Niña Ceci, se destaca por su gran cantidad de servicios.
El Sena está presente con cursos de panadería, corte y confección, máquina plana, cocina, sistemas, manipulación de alimentos, entre otros. El Centro Tecnológico ofrece carreras técnicas y cursos cortos.
El Ciaf también ha tenido claros y oscuros durante esta primera década. A principios del 2012 los ladrones desvalijaron la sala de sistemas, lo que llevó a los líderes comunales a inventarían la maquinaria del Ciaf y exigirle cuentas a la administración municipal.
En 2013 sus peticiones fueron escuchadas. El gobierno nacional dio apertura del Punto Vive Digital Plus y la Secretaría de Cultura habilitó la biblioteca pública Monseñor Luis Pérez Hernández, le dio un gran empujón.
La reestructuración de la ludoteca Aventuras Mágicas, los niños tuvieron un espacio de recreación y diversión en el Ciaf.
“Con estos nuevos servicios la fluencia de público se multiplicó notoriamente”, dijo Ana María Serrano, coordinadora del Ciaf.
El número de visitantes mensual en este centro asciende a las 700 personas.
El auditorio es utilizado para las actividades comunales. Asociaciones de madres cabeza de familia, adultos mayores, jóvenes, y población discapacitada disfruta por igual de esta espacio. En las mañanas se realizan bailoterapias en el salón.

Los estudiantes de modistería del Sena, y de análisis y desarrollo de sistemas, y los de cursos de belleza del Centro Tecnológico, son los únicos que entran y salen todo el día. El comedor escolar, y la biblioteca, permanecen cerradas.
La vigilante de turno cuida una estructura semivacía, mientras les dice a los visitantes ocasionales que la oficina del Sisbén está cerrada porque aún no han hecho contrataciones.
En el Ciaf no tienen coordinadora ni bombillos. El presidente de la junta se da una vuelta por el lugar para revisar que todo esté en orden, y en el aula los estudiantes reúnen para poder iluminar su salón.
“Este sitio está completamente abandonado. Dejó de cumplir su fin hace rato”, dice Nelson Rojas, presidente de junta, al evocar la época en la que la comunidad tenía a cargo el Ciaf y había sala de informática propia, y cursos de relojería y panadería.
“Este sitio se está perdiendo. Acá solo tenemos acceso a la oficina comunal, y para un permiso para prestar el salón principal es todo un lío”, dijo Rojas.
Los únicos que tienen un espacio ganado en el Ciaf son los adultos mayores. Desde hace más de una década se reúnen una vez al mes en este espacio.
Paradójicamente, la estructura se construyó con el fin de brindarles oportunidades de capacitación y espacios a los más jóvenes, y los viejos fueron quienes le sacaron mayor provecho.
Próxima a cumplir 23 años, la estructura construida con mano de obra comunal y recursos del estado, no supera los 200 visitantes al mes.
Aspiran a subir el promedio de visitantes este el mes entrante con la implementación de un curso de albañilería con el Sena.
“Este sitio es indispensable para la capacitación de la comunidad. Le exigimos al alcalde poner sus ojos en esta obra y no dejarla acabar”, dijo Neila Rolón, vecina del sector.
La otra cara de la moneda
Al otro extremo de la ciudad, en la comuna 3, en La Libertad, el Ciaf llegó a su primera década, y a diferencia del de Niña Ceci, se destaca por su gran cantidad de servicios.
El Sena está presente con cursos de panadería, corte y confección, máquina plana, cocina, sistemas, manipulación de alimentos, entre otros. El Centro Tecnológico ofrece carreras técnicas y cursos cortos.
El Ciaf también ha tenido claros y oscuros durante esta primera década. A principios del 2012 los ladrones desvalijaron la sala de sistemas, lo que llevó a los líderes comunales a inventarían la maquinaria del Ciaf y exigirle cuentas a la administración municipal.
En 2013 sus peticiones fueron escuchadas. El gobierno nacional dio apertura del Punto Vive Digital Plus y la Secretaría de Cultura habilitó la biblioteca pública Monseñor Luis Pérez Hernández, le dio un gran empujón.
La reestructuración de la ludoteca Aventuras Mágicas, los niños tuvieron un espacio de recreación y diversión en el Ciaf.
“Con estos nuevos servicios la fluencia de público se multiplicó notoriamente”, dijo Ana María Serrano, coordinadora del Ciaf.
El número de visitantes mensual en este centro asciende a las 700 personas.
El auditorio es utilizado para las actividades comunales. Asociaciones de madres cabeza de familia, adultos mayores, jóvenes, y población discapacitada disfruta por igual de esta espacio. En las mañanas se realizan bailoterapias en el salón.