Se imagina que por cuidar el bosque y las fuentes de agua que están en su finca reciba mensualmente un pago en efectivo? Esa realidad no está muy lejos. Y es que, desde 2015, una especie de banco ambiental, nacido desde la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), en alianza con la empresa privada, compensa a los productores campesinos que protegen estos ecosistemas.

“Es muy bonito, porque lo concientizan a uno de cómo es la naturaleza”, afirmó Ana Adelaida García Jaimes, de la vereda Morquecha de Cucutilla, al referirse al programa BanCO2, del cual hace parte dese hace cuatro años y con el que se están protegiendo cuatro hectáreas de montaña virgen que están en su propiedad.

Ella es una de las 183 familias que se han vinculado a esa iniciativa, en los últimos cinco años, y si algo ha aprendido es que talar para cultivar no debe ser una opción. En su finca produce café, plátano y varios frutales.

“El pago ha sido mensual y ahorita firmamos un nuevo contrato. Corponor ha estado pendiente de las personas que estamos en el programa y de las que no están, porque talar y quemar no lo debe hacer nadie. Los funcionarios pasan y miran cómo están las cosas”, señaló García.

La agricultora recordó que inicialmente BanCO2 iba para Sisavita, pero allá no se quisieron integrar, por lo que la autoridad ambiental decidió ofrecerles a la zona de Carrizal Bajo está oportunidad. Se llevó a cabo una reunión en la comunidad, para dar a conocer el programa y fue entonces cuando Ana Adelaida García se animó.

“Empezaron a hacer visitas a las fincas, a hacer los mapas y nosotros le dimos la confianza a Corponor, porque la gente no le daba la confianza, pedían las escrituras y algunos decían que eso para quitarles sus predios”, resaltó. 

Pese a los comentarios especulativos y dudas, ella le dijo sí a BanCO2 y su ejemplo sirvió para que un año después más campesinos, incluyendo los de Sisavita, se involucraran. Este año renovaron el convenio con Corponor y así como García se siente satisfecha, también lo está Alirio Bayona Sánchez, habitante de la vereda Bellavista de Salazar de las Palmas, quien lleva también cuatro años en BanCO2. 

Al igual que la de García, la finca de Bayona está en zona de amortiguación. El productor resaltó que fue por boca de algunos vecinos que se enteró de esta política ambiental y por eso decidió hablar con el funcionario que estaba desarrollando las “encuestas” de las viviendas.

“Para pertenecer se debe tener montaña y agua para proteger y tener los papeles de la propiedad al día, en mi caso son seis hectáreas de bosque”, precisó.

Para este productor, la remuneración de 500 mil pesos que percibe, “aunque no es mucha plata”, compensa el no poder cultivar en la montaña, pero el vital líquido es invaluable, por eso tiene el firme compromiso de “cuidar el agua”.

Alirio Bayona sostuvo que el convenio al que está vinculado es apoyado por Centrales Eléctricas de Norte de Santander (Cens), empresa que ha estado aportando los recursos. Subrayó que al terminarse el convenio, si Cens no continúa y no hay otra empresa, entonces les toca esperar a que otra compañía se sume a BanCO2.

“El deber no es que nos paguen, es deber de todos cuidar el agua, si no la cuidamos, entonces qué estamos haciendo”, sentenció.

Rodolfo Amaya, residente de la vereda Ermitaño Bajo de Salazar de las Palmas, es otro de los integrantes de BanCO2, precisó que el primer convenio fue de un año y el segundo fue por dos. 

Sostuvo que el compromiso de todos los ciudadanos debe ser con la protección del medio ambiente, y más si se trata de productores campesinos, quienes se benefician de los nacimientos de agua de las montañas.

¿Qué es BanCO2?

BancO2 es un esquema de Pago por Servicios Ambientales y una alternativa eficiente en la conservación, preservación y restauración con justicia social de los ecosistemas ambientales estratégicos del país.

Según Sandra Gómez Peñaranda, subdirectora de Recursos Naturales de Corponor, este programa le permite a las familias campesinas y comunidades rurales recibir un pago mensual definido por el costo de oportunidad que representan las acciones de conservación, restauración y mitigación que proviene de la compensación de la huella de carbono de personas naturales y empresas, que generan gases de efecto invernadero, de manera que los gases contaminantes que se generan desde el sector productivo puedan ser subsanados en las zonas de bosques, buscando un desarrollo sostenible. 

“El esquema procura fomentar proyectos productivos sostenibles que ofrezcan fuentes estables y lícitas de empleo, mejorando la seguridad alimentaria y con ello de nuestra biodiversidad, de manera que los bosques del departamento se  mantengan y conserven, evitando la ampliación de la frontera Agropecuaria”, agregó Gómez. 

BanCO2 cuenta con la plataforma web www.banco2.com, donde se visualizan las áreas o ecosistemas estratégicos, las familias y comunidades rurales vinculadas, garantizando en tiempo real y permanente la trazabilidad y el seguimiento de estas, los recursos y los ecosistemas

La funcionaria informó que también permite el cálculo de la huella de carbono y la compensación en línea de personas naturales y empresas. BanCO2 comenzó con la alianza con Centrales Eléctricas de Norte de Santander y en la actualidad también lo apoyan Cerámica Italia y el Grupo Nutresa, por medio de la Corporación Masbosques.

Las 183 familias vinculadas son de Arboledas, Cácota, Chinácota, Cucutilla, Herrán, Pamplona, Pamplonita, Salazar de las Palmas, Toledo, San Cayetano, Cúcuta y Durania.

¿Cómo se hace el pago?

Con las familias seleccionadas, que cumplen los requisitos, se desarrolla el proceso de bancarización. En este aspecto, Bancolombia ha sido un aliado y a través del producto Ahorro a la Mano se facilita que el pago por servicios ambientales llegue a los beneficiarios.

Las remuneraciones son definidas por la empresa que financia el programa y oscila entre 250 mil y 500 mil pesos mensuales.

Las familias están en constante comunicación con el personal técnico de BancO2 de Corponor, adicional se cumplen visitas de seguimiento en las cuales se realiza el monitoreo de las áreas de conservación objeto de pago por servicio ambiental, así como la aplicación del formato de encuesta de seguimiento y el avance en el plan de inversión que se construye en común acuerdo.

Beneficios para Norte de Santander

Las áreas donde se desarrollan estas actividades de conservación y restauración aseguran la provisión de servicios ambientales como: la regulación de los procesos ecológicos de los ecosistemas, principalmente la regulación hídrica, control de la erosión y mantenimiento de la fertilidad del suelo.

El área conservada reúne las zonas de vida de bosque húmedo premontano y bosque muy húmedo montano bajo en gradientes altitudinales que van desde los 1.145 metros sobre el nivel del mar hasta los hasta los 3.192, así como el bosque seco tropical con gradientes altitudinales de 257 a los 1.568 metros sobre el nivel del mar.

Además, la comunidad en general, y especialmente la asentada en la cuenca de los ríos Zulia y Pamplonita, recibe los siguientes beneficios. 
   
Mantenimiento de reservas de carbono acumuladas en biomasa, contribuyendo a la mitigación del cambio climático.
   
Protección y conservación de una extensa red de cuerpos de agua conformados por las microcuencas que hacen parte de la red hidrográfica de los ríos.
    
Con la conservación de las 4.888 hectáreas bajo BanCO2 se contribuye a la protección de valiosos corredores biológicos y a la conservación del hábitat de un gran número de especies de flora y fauna. 

Los requisitos

Para la selección de beneficiarios se sigue un protocolo donde se evalúan los siguientes criterios:   

• La ubicación del predio. Se priorizan predios que estén localizados en zonas de amortiguación de los Parques Naturales Regionales o límites de páramos delimitados    
• La disponibilidad de áreas de bosque en conservación y/o áreas para restauración en los predios.      
• El estrato socioeconómico. Se priorizan familias de estrato socioeconómico bajo y que derivan su sustento económico de actividades agrícolas o pecuarias.   
• Familias que habiten en el predio de importancia ecosistémica y que presenten documentos legales de tenencia del predio. 
• La voluntad de cumplir con las actividades de conservación y/o restauración en los predios.