Sábado, 13 de Septiembre de 2014
Una joven de sesenta años está de cumpleaños. Nació en la época de la dictadura, la última que tuvimos, creció bajo la tutela del gobierno que se adjudicó la condición de ser su único dueño, los demás podían participar mediante arriendo, primero raticos y luego largas horas.
A trancas y a mochas se hizo grande para dar paso a los particulares que entraron a participar de la torta y hoy después de seis lustros sigue creciendo al abrigo de los hogares, que aquí como en el resto del mundo le abrieron la puerta a esta intrusa que llegó para quedarse en la casa, la televisión.
Hoy la televisión es de gran alcance y cobertura, el Estado maneja algunos canales de alcance nacional, los hay regionales y cumplen un importante papel en la difusión de lo propio en cada zona del país; los hay locales, pero también se ha hecho universal gracias a la televisión por cable que incluye la programación de canales de otras latitudes.
Son muchos los programas que han pasado en esta ya larga historia de sonidos e imágenes, ahora a propósito de este cumpleaños muchos traen a la memoria los espacios de concurso, informativos, telenovelas, seriados y transmisión de grandes eventos, para contarnos cómo ha sido el desarrollo de esta industria de la comunicación, para la cual no han sido extraños los éxitos en el extranjero, donde las producciones nacionales han logrado registros importantes de sintonía y ventas millonarias.
En épocas de precariedad tecnológica la imaginación y la inventiva criolla pudieron superar esos escollos para seguir adelante, se fabricaron equipos y se instalaron estudios surgidos del talento de los realizadores. Para la fecha en que no se contaba con internet, tampoco Page y Brin habían creado a Google, hubo un programa con ese corte de buscador de información y conocimiento, se trataba de “yo sé quién sabe lo que usted no sabe” dirigido y presentado por Alfonso Castellanos, quien se daba mañas para conseguir a los expertos que pudieran contestar las preguntas que los televidentes le hacían sobre los más diversos temas.
Desde cuando fue inaugurado este servicio público hasta la fecha no han sido pocos los juicios que se han hecho en torno a la función social, educativa y cultural que debe cumplir.
En fechas más recientes han sido motivo de estas discusiones la transmisión de seriados que se ocupan de la vida y obra de mafias y sus capos que aunque son parte de la triste historia del país, ponen ante los ojos de los foráneos acontecimientos de una historia que el país quiere olvidar y pasar la hoja para poder borrar el estigma que le dejó.
Han sido buenos todos estos años para la televisión en Colombia, desde los más viejos, aquellos cuando doña Gloria Valencia añoraba que fuera a color, hasta hoy cuando se transmite en alta definición y cuyos contenidos son mucho más diversos que cuando empezó en la década de los cincuentas.
A trancas y a mochas se hizo grande para dar paso a los particulares que entraron a participar de la torta y hoy después de seis lustros sigue creciendo al abrigo de los hogares, que aquí como en el resto del mundo le abrieron la puerta a esta intrusa que llegó para quedarse en la casa, la televisión.
Hoy la televisión es de gran alcance y cobertura, el Estado maneja algunos canales de alcance nacional, los hay regionales y cumplen un importante papel en la difusión de lo propio en cada zona del país; los hay locales, pero también se ha hecho universal gracias a la televisión por cable que incluye la programación de canales de otras latitudes.
Son muchos los programas que han pasado en esta ya larga historia de sonidos e imágenes, ahora a propósito de este cumpleaños muchos traen a la memoria los espacios de concurso, informativos, telenovelas, seriados y transmisión de grandes eventos, para contarnos cómo ha sido el desarrollo de esta industria de la comunicación, para la cual no han sido extraños los éxitos en el extranjero, donde las producciones nacionales han logrado registros importantes de sintonía y ventas millonarias.
En épocas de precariedad tecnológica la imaginación y la inventiva criolla pudieron superar esos escollos para seguir adelante, se fabricaron equipos y se instalaron estudios surgidos del talento de los realizadores. Para la fecha en que no se contaba con internet, tampoco Page y Brin habían creado a Google, hubo un programa con ese corte de buscador de información y conocimiento, se trataba de “yo sé quién sabe lo que usted no sabe” dirigido y presentado por Alfonso Castellanos, quien se daba mañas para conseguir a los expertos que pudieran contestar las preguntas que los televidentes le hacían sobre los más diversos temas.
Desde cuando fue inaugurado este servicio público hasta la fecha no han sido pocos los juicios que se han hecho en torno a la función social, educativa y cultural que debe cumplir.
En fechas más recientes han sido motivo de estas discusiones la transmisión de seriados que se ocupan de la vida y obra de mafias y sus capos que aunque son parte de la triste historia del país, ponen ante los ojos de los foráneos acontecimientos de una historia que el país quiere olvidar y pasar la hoja para poder borrar el estigma que le dejó.
Han sido buenos todos estos años para la televisión en Colombia, desde los más viejos, aquellos cuando doña Gloria Valencia añoraba que fuera a color, hasta hoy cuando se transmite en alta definición y cuyos contenidos son mucho más diversos que cuando empezó en la década de los cincuentas.