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El juego también es un asunto serio
Durante años se ha visto al juego solo como entretenimiento, conozca cuál es la importancia de esta compleja actividad. 
Sábado, 24 de Octubre de 2015

¡Otra vez jugando!, ¡ya va a empezar con el reguero de juguetes por toda la casa!, mire que ya va a entrar a primero y al colegio no se va a jugar, son algunas de las expresiones de los padres de familia que creen erróneamente  que el juego es sinónimo de perder el tiempo.

Esta compleja acción debe empezar a tratarse con la seriedad que se merece, según Sandra Durán, experta en el juego y la educación inicial, quiEn asegura que el juego es la mejor herramienta de aprendizaje en los menores.

“El juego no está diseñado netamente para aprender, pero por medio de él se aprende”, indicó Durán. “El juego es la vida misma puesta en escena”.

Durán asegura que cada vez que el niño juega a ser doctor, policía, maestro o cantante está descubriendo los roles de las personas en la sociedad y se empieza a identificar con ciertas situaciones.

“El juego es una actividad seria y compleja. Le permite al niño entender su realidad, establecer vínculos de comunicación y vínculos afectivos con las personas de su entorno, le permite descubrir cuál es su rol y el de la familia en la sociedad”, explicó la experta.

En el juego se gana, se pierde, se comparten acciones, se delegan responsabilidades, se compite como en la vida misma, pero en escenarios más coloridos y diversos.

Basta observar un par de minutos a un niño o a un grupo de niños jugando para conocer su percepción del mundo, qué los motiva, qué les atemoriza, y cuáles son sus sueños y aspiraciones.

Durán considera que compartir el té imaginario que su hijo le sirve en un pocillo de juguete permite fortalecer los vínculos entre padres e hijos. Compartir, observar y ser parte del juego le brinda seguridad al pequeño.

A continuación, algunas recomendaciones para fortalecer el juego en los hogares  y potencializar las habilidades de sus hijos, en torno a una actividad que es mucho más seria de lo que parece:

Las reglas del juego

Un juego integral: los padres también deben ser parte del juego, ya sea como observadores o como participantes activos. Los gestos y la participación de su hijo en el juego de roles le puede dar pistas de cómo se siente y percibe el mundo.

Un derecho fundamental: El juego debe verse como un derecho fundamental e inviolable de los niños, que no debe tener restricciones y se le debe proporcionar tiempos y espacios adecuados. Jugar nunca debe asociarse con perder el tiempo.

Opciones variadas: No siempre el juguete más caro o el más sofisticado es el ideal para los niños. Utilice materiales de su entorno como hojas, pepas, tallos, cajas, que le permitan tener contacto con el mundo y les permitan redescubrirlo.

Espacios adecuados: el niño debe tener un sitio propio para su juego esto evitará que el pequeño viva de trasteo por toda la casa con sus juguetes. Si tiene su propio espacio para jugar será más ordenado con sus pertenencias.

Los juguetes no son para colgar: los juguetes que recibe su hijo son para que los use y no para colgarlos como adornos en las paredes de su habitación. Permítales que ellos puedan usarlos cada vez que quieran sin restricción alguna.

El juego libre y juego abandonado: en los colegios o jardines suelen confundir el juego libre con juego abandonado. Una cosa es permitirle al niño que escoja donde y qué quiere jugar, y acompañarlo en este proceso, y otra es dejarlo solo por completo.

Videojuegos vs juegos tradicionales

Durán cree que las nuevas tecnologías no deben satanizarse, ya que son herramientas que el niño debe aprender a manejar inevitablemente. La experta asegura que el problema es el tiempo y el uso que se le da a estas herramientas.

“Los niños aprenden a manejar las nuevas tecnologías en poco tiempo. Los videojuegos, y el internet les proporcionan una amplia gama de juegos y posibilidades, pero lo limitan a un mismo espacio y tiempo”, explicó Durán. “Los niños deben salir, jugar a la luz del sol, y no internarse en un mundo virtual”.

El experto recomendó a los padres estar pendientes del tiempo que sus hijos pasan detrás de las pantallas y proporcionarles más opciones y elementos a la hora de jugar.

“Jugar al cantante, saltar el lazo, jugar a la cocinita, armar edificios y crear sus propias realidades mediante cubos y cualquier otro elemento jamás podrá ser reemplazado por los videojuegos o el internet”, finalizó diciendo Durán. “Es deber de los padres velar para que esto se cumpla”.

Los errores más frecuentes

No permitirle al niño explorar nuevos juegos, entornos y materiales.

No involucrarse en el juego. Los padres poco se atreven a participar del juego por creer que este es un acto sin valor y una perdedera de tiempo.

Regañar o recriminarle a los niños por el tiempo que pasan jugando.

Querer imponerle al niño un juego en particular.

Creer que en cuanto más caro es el juguete es mucho mejor para el niño.

Esconderle los juguetes preferidos de los niños para que estos no hagan desorden en la casa.

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