Las autoridades sanitarias del estado Táchira alertaron sobre el crecimiento de un “mercado paralelo” de medicamentos contra la COVID-19, que se ofrecen mediante las redes sociales y estados de WhatsApp, sin que estos cuenten con algún aval que garantice su efectividad.
Para comercializar fármacos en Venezuela es necesario cumplir con la Resolución 075 de la Gaceta Oficial No. 41.610 del 4 de abril de 2019, emitida por el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS), la cual establece que la importación, comercialización y distribución de los productos farmacéuticos se debe hacer mediante el permiso sanitario de importación y comercialización de productos farmacéuticos, otorgado por el Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria (SACS).
“La pandemia por la COVID-19 no debe alentar el mercado negro de fármacos e insumos médicos, ni a la instalación de farmacias comerciales sin el cumplimiento de las normativas legales vigentes. Esto lo que busca generar es caos, así como exponer a un eminente riesgo la salud”, dijo Milton Bracamonte, director del SACS en el Táchira.
El funcionario explicó que se trata de potenciales proveedores ofertando medicamentos que no cuentan con un aval o una certificación sanitaria o con el respaldo científico de entidades de salud.
Advirtió que la población vulnerable está acudiendo a este mercado para adquirir fármacos falsificados, que pueden estar contaminados, haber caducado o contener el ingrediente activo incorrecto o inexistente, sin calidad alguna ni registro sanitario, los cuales podrían constituir un grave problema de salud.
La población debe saber que el producto que se comercializa en el país debe tener impreso en la unidad mínima de dispensación en idioma castellano: el número del respectivo permiso, nombre del principio activo, forma farmacéutica, concentración, número de lote, fecha de elaboración, fecha de vencimiento y número de registro sanitario del país de origen.
Una vez llega el producto a Venezuela, se deben remitir al Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel las muestras necesarias para la correspondiente revisión del lote, según el funcionario.
Sergio Delgado, presidente del Colegio de Farmaceutas, dijo que durante su ejercicio profesional ha podido constatar que pacientes que usan medicamentos adquiridos de forma irregular, en la calle o a particulares, muchas veces no ven la mejoría a sus dolencias, porque en algunos casos están adulterados con otras sustancias, que incluso resultan perjudiciales para la salud.
“Tenemos conocimiento de situaciones en las que las medicinas vienen diluidas con agua, o en el caso de las pastillas, están mezcladas con harina, cal, cemento y otras sustancias nocivas”, precisó.
Reconoció que en Táchira, el precio de los medicamentos es más elevado que en otros estados de Venezuela, pero también aseguró que la condición de frontera influye sustancialmente para que las mafias ingresen al país medicinas falsificadas que compiten en el mercado con las marcas comerciales.
Agregó que la aguda escasez de otros años ha sido parcialmente superada en la actualidad, pero insistió en que las restricciones a la movilidad hacia el Táchira, las dificultades para acceder a combustible y otras situaciones asociadas a la condición fronteriza, inciden directamente en una elevación de costos en todos los productos.
Para Delgado, no sólo los medicamentos, también los alimentos, y todo tipo de insumos se ven afectados por este fenómeno.